La Mitja Marató del Prat se adelanta un mes y eso significa que muchos la encararán esta vez con objetivos distintos. Circuito planísimo que es ideal para buscar marca, un entorno privilegiado como es la zona del Delta del Llobregat (nunca me cansaré de recomendar el camino que va a la playa y rodea el aeropuerto para ir a entrenar) y unas piernas que ya están dispuestas a que les demos caña. Hoy nos toca practicar una seria deconstrucción, como diría el del bulli, de todo lo que rodea a este 21k.

BRICONSEJOS

– ¿Marca? Casi perfecta para atacarla con garantías. Por circuito, volumen de corredores, comodidad para correr, época del año que se celebra y el más que probable buen estado de forma en el que llegamos a estas alturas de temporada (un buen montón en la recta final de la preparación de la Marató de Barcelona o la de Sevilla y otros que ya han superado las fatídicas fiestas navideñas) podemos asegurar que, sin duda, estamos ante una de esos días que casi todo está a nuestro favor para batir el crono. He dicho casi, sí, y es que hay un pequeño o gran pero (todo depende de si decide hacer acto de presencia o no): el viento. De él hablo un poco más adelante.

– ¿Estrategia? A clavar el ritmo. Como siempre lo mejor es intentar hacer una carrera de menos a más, pasar la primera parte un poquito más lento para estar lo suficientemente enteros para clavar y mejorar en la segunda. El paso por km apenas varía de un km a otro, más allá que nos empanemos o nos entretengamos en detalles (se te escapa el avituallamiento, comienzas a saludar a gente en el camino de ida y vuelta…). Solo hay algún momento en el que se te puede ir algo el tiempo de paso por km (nada algunos segundos de más): en la salida (y ya te adelanto que no representa ninguna dificultad), si te toca el viento de cara (luego lo tendrás a favor) y en el doble paso por el túnel que atraviesa la pista de aterrizaje del aeropuerto (hay 100 m de subida precedidos de otros 100 de bajada) pero es algo que se recupera muy fácilmente y no influyen en tu devenir en la competición. Pero ya te digo cada km del recorrido se podría clavar el tiempo sin distinción.

– El gran rival es el viento. Pocos días me he librado de él entrenando por ahí y a veces se ha convertido en un incordio a tener muy en cuenta cuando te estás exigiendo físicamente. En el momento que entramos en la zona del Delta del Llobregat y cada vez que nos acercamos más a esa playa que parece sacada de Malibú (os recomiendo encarecidamente salir de noche a correr por ahí, es una delicia ver como las luces artificiales del aeropuerto le dan un fondo de vida extraterrestre al entorno) el viento suele ir a más y pasa de anécdota a engorro y de engorro a tocapelotismo total. Así que piénsalo dos veces antes de iniciar una aventura en solitario, el desgaste puede ser mucho mayor que si vas con una grupeta un par de segundos más lento.

– Liebres. Pues habrá un buen montón y vendrán de la mano de corredors.cat. Los tiempos? desde 1h’25 y cada cinco minutos hasta las 2h’.

1h25′, 1h30′, 1h35′, 1h40′, 1h45′, 1h50′, 1h55′ y 2h

La idea es que vaya clavando el mismo tiempo a cada km, en esta prueba se puede hacer perfectamente a ritmo robot  sin que peligren las fuerzas de los corredores que persiguen a la liebre. Si encima tu objetivo está cercano al que va a llevar alguna de las liebres te recomiendo mucho que la sigas porque además, al hacer grupeta, podréis resguardaros mejor del viento.

– Si tu objetivo es la Marató aquí es una oportunidad genial para calcular tu ritmo.  Opción a) Vas a tope, buscando marca y luego aplicas la Jack Daniels de 2 medias + un extra de min.; Opción b) Dejar directamente de batir cronos y ya ponerse con el ritmo que tienes pensado para el 15 de marzo. Ambas opciones son muy válidas y te van ayudar mucho. Aunque si me das a elegir creo que te sale a cuenta ir a muerte, aún faltarán 5 semanas, así que todavía puedes apurar más tu preparación sin temor a llegar pasado al día grande en Av. Maria Cristina.

Por cierto, aquí tienes una selección de media maratones ideales para preparar la Marató de Barcelona (o disfrutarla igualmente con objetivos bien distintos).

 

 

 

 

– Hay un tramo de ida y vuelta larguísimo. Cuando lo comienzas es un palo de los gordos ver volver a otros corredores, eso hace que nuestra cabeza comience a elucubrar en qué punto exacto se encuentra ese giro de 180º que nos ponga ya de cara a la ansiada pista de atletismo, allí donde se sitúa la meta. Muy fácil: está lejos, muy lejos, así que olvídate de él y piensa en lo que llevas ya recorrido, así esquivas la depre.

– Ojo! hay una modificación en el circuito. El camino de vuelta, a la altura del km 17 más o menos, la carretera por donde circulamos está cortada por una obra en la calzada y parece ser que ésta no estará lista para el día de la carrera. Habrá una modificación para sortearla que consiste en justo después del tercer avituallamiento seguir para tomar la carretera de la Bunyola i el Camí de Silet para conectar de nuevo con el recorrido clásico en la Av. Remolar (km 19 más o menos). Podéis comprobarlo en la foto que me ha pasado la organización. Esto significará que probablemente se mueva el arco de meta para cuadrar la distancia, así que te recomiendo que le eches un vistazo en el calentamiento previo que se suele hacer en la pista de atletismo.

– La hora de salida es diferente en la prueba de 5k y la Media. Los que se metan entre pecho y espalda el medio maratón saldrán a las 9:30 y los de la prueba corta saldrán a las 9:50 (se ha cambiado a última hora por motivos tránsito). Más de uno se ha liado en otras carreras (Granollers mismo) con este tipo de horarios, así que hay que ir alerta.

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RECORRIDO

El mismo circuito del año pasado (con la modificación eventual por las obras) y presumiblemente el que será definitivo para futuras ediciones, más que nada porque lo que se modificó en aquel entonces lo mejoró lo suficiente como para no tener que volver a retocarlo. No hay secretos, ni el túnel que pasamos dos veces es lo suficientemente traumático para considerarlo una trampa. Como he comentado es el recorrido más llano de todas las medias que hay en la cercanía (y eso que tenemos un buen montón en donde hacer marca es algo más que factible). Tenéis el circuito en Googlemaps.

1- La salida

La calle es ancha y, aunque el giro a la derecha es casi al momento, el volumen de corredores nos permite pasar el brete sin apenas dificultades. Así que podremos partir ya pensando en imponer nuestro ritmo de carrera. Pocas veces vas a tener una salida tan plácida.

2- El polígono

Soso como él solo pero, por suerte te lo comes al principio, cuando la moral está por las nubes. Éste es el momento de ir comenzando a buscar nuestro ritmo de navegación y de acoplarse a la liebre en caso de que nos despistásemos en la salida.

3- Casco urbano

No hay secreto: calles algo estrechas (aunque creo que para ese momento ya estará el grupo bastante estirado) y una larguísima peregrinación por la Av. Verge de Montserrat (y luego carrer de la Marina) que nos obligará al final a tomar un giro de 180º que, tranquilos, no reporta ninguna dificultad (la calle es muy ancha y la mediana que separa ambos sentidos de la circulación evitan cualquier brusquedad).

4- LA ZONA HORTÍCOLA DEl DELTA

Entramos en la zona salvaje (sí, me he chutado demasiada ciudad por las venas, pero… que me registren: aún no voy llamando pulmón verde al Parc de la Ciutadella), para mí es una delicia correr por aquí, sólo hay el handicap de que el viento puede comenzar a molestar y que en algún tramo el asfalto no está en las mejores condiciones. Disfruta contemplando como pasan a pocos metros de tu cabeza los aviones que aterrizan al aeropuerto.

5- La ida y vuelta a la playa

Aquí rodeamos el aeropuerto (aviso, hay días que el olor a queroseno fastidia la postal) para alcanzar la playa, entre el ir y venir son nada menos que 8 km. Cuando estamos ahí tenemos un carril en cada sentido pero a esa altura de la competición no deberíamos pasar muchos agobios por las aglomeraciones (quizá si vas en una grupeta muy numerosa y ni aun así) ni dificultades para hacer adelantamientos.

En este tramo de ida y vuelta (el giro está en el parking al final de la carretera, así que nos vamos merendar todo el litoral marítimo de la ciudad) puede pasar de lo bonito a la rutina (yo me adscribo a lo primero). Aquí tendrás los avituallamientos de carrera (el primero y el tercero son el mismo pero cambiando el sentido). Ojo, de nuevo, al viento, y también a los pequeños badenes que salpican el tramo en paralelo a la playa.

6- El túnel

En ese larguísima travesía hasta la playa nos encontraremos la única dificultad de la carrera: un túnel que pasa por debajo del aeropuerto y que nos obligará a subir unos cien metros. Tranquilos, la pendiente es suave y no reviste mayor gravedad. Eso sí, toca más la moral cuando la atacamos por segunda vez (km 14,5 aprox.) que en la primera ocasión (km 9 aprox.)

7- La vuelta hacia la meta

Rectas larguísimas hasta volver a la civilización, y desde el Prat ciudad un par de calles sin grandes dificultades que nos llevan a la pista de atletismo, lugar, para mí, mágico para finalizar la carrera. Como este año tenemos una modificación por obras (iremos por carretera de la Bunyola y camí de Silet) es posible que el arco de meta se acabe desplazando unos metros (te recomiendo que lo  compruebes antes de partir mientras haces el calentamiento. El año pasado corriamos sobre el tartán unos 300 metros en el sentido de las agujas del reloj (las dos curvas y una recta).

LA CHULETA