Llega un día en la vida de cualquier corredor asfaltero que decide dar un paso enfrente y acudir a la llamada de la selva, o sea, tirar al monte. Y en ese primer contacto se da de bruces con la cruda realidad: el trail es un amigo arisco al que sólo se conquista a base de duro trabajo de pico y pala. Por si te ha picado el gusanillo y no quieres caer en la debacle del “nunca más”, algunos consejos básicos.
Ólvidate de marcas
El trail se hizo primero para disfrutar y, luego, cuando lo tengas ya por mano, para competir. Ten en cuenta también que la mayoría de recorridos tienen una distancia propia, muchas pruebas suelen modificar sus circuitos de un año a otro. Llegar habiendo saboreado cada metro de sendero es la mejor victoria. Por supuesto, ni te plantees clavar los mismos tiempos que haces en asfalto (y menos el paso por km) o hacer una traslación de esas marcas a partir del perfil de la carrera, incluso en un terreno favorable se pierde siempre algunos segundos respecto a lo que haces en la ciudad.
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Tu pisada cuenta, y mucho
Y no hablo de ese concepto sanacuartos de pronador o supinador. Si de algo se da cuenta uno tras la primera toma de contacto en la montaña es que nuestros tobillos pueden llegar tener una flexibilidad tal que da para hacer un libro de técnicas cercanas al kamasutra, eso sí, menos placentero… y mucho más doloroso. Sí, aunque parezca mentira tus articulaciones pueden girarse sobre si mismos con una técnica semejante a la cabeza de la niña de El Exorcista. Si no estamos atentos al terreno donde pisamos lo más habitual es volver con algún esguince de obsequio. Tranquilo, cada vez que sumes un nuevo intento tus pies irán convirtiéndose en auténticas pezuñas adaptadas a los más irregulares terrenos. Pero para eso hay que ir con los deberes hechos: pasos firmes, controlados y precavidos.
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La zancada ideal: pasos cortos
En la montaña no se gana nada ampliando la zancada, más bien al contrario: cuanto más retengamos la distancia en nuestros pasos mejor superaremos los tramos más empinados. La técnica de carrera ideal es dar pasos cortos, consecutivos y a un ritmo asumible que te permita mantener el resuello durante todo el trayecto.
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¿Caminar? Decisión acertada
Algunos desniveles pueden ser tan brutales que a veces la diferencia del resultado entre hacerlo trotando o caminando es mínimo en cuanto a distancia (unos pocos metros) y enorme en cuanto a gasto de energía. Por eso siempre es recomendable descifrar en que momentos nos sale más a cuenta reservar fuerzas e ir a un paso más tranquilo para luego estar más enteros para el resto del recorrido.
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Ojo con los cambios de ritmo
Suele ocurrir que muchos corredores aguantan bien la subida pero se hunden nada más alcanzar la cima y querer cambiar de golpe su ritmo. Esto sucede porque sometemos a nuestro cuerpo a un cambio brusco que el pobre no es capaz de asumir de inmediato, como a los críos hay que hacerles el avión con la cuchara para que se la acabe tragando. Lo ideal en estos casos es que te tomes los primeros 100 o 200 metros (o lo que necesites) tras coronar con calma. Date un respiro, recupera sensaciones y que sea tu cuerpo y no tu ambición el que te diga cual es el momento ideal para volver a darnos caña.
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Avituallamiento, santo grial
Y no me quedo corto con esta afirmación. Cada km recorrido en un trail genera una huida de fuerzas más veloz que la descarga de batería de un smartphone o la fuga de neuronas de un@ chic@ Disney. No es sólo llegar, tomar y salir pitando, aquí lo más recomendable es que lo asumas como la casilla de salvación del Parchís, que disfrutes saboreando de todos sus ágapes (en la montaña hay bastante más barra libre y mucha más oferta comestible que en asfalto) y que recuperes esas energías para salir casi como nuevo a completar tu reto. Ah, ten también presente que los avituallamientos son un lugar ideal para recabar información, contrastar opiniones y recibir ánimos. Al ser gente de la organización quien se encarga de servir los avituallamientos te pueden proporcionar valiosísimos consejos, como explicarte el recorrido que te queda por cubrir y cómo superarlo, tu posición en carrera o algunos vítores extras con los que salir con una mentalización positiva para completar tu reto.
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Administra los descensos
Al contrario que en asfalto no siempre que el perfil mira hacia abajo se puede recuperar tiempo. En el trail hay tres tipos de descensos que deberemos tener muy en cuenta para saber afrontarlos:
– Descensos en los que recuperar tiempo.
– Descensos en los que recuperar fuerzas.
– Descensos en los que sobrevivir.
Los primeros son aquellos que vienen tras un tramo no excesivamente complicado, los segundos después de haber conquistado alguna cota que nos parecía imposible tres cuarto de hora antes, y los últimos son tan angostos, picados y abruptos que debemos tomar todo tipo de precauciones para no despeñarnos con una mala pisada. Siendo algo parecido a hallar el punto G, en los descensos más técnicos del trail notarás que te quemarán músculos de tus piernas que hasta ese momento desconocías. Muy importante tener presente saber donde vas a pisar en el siguiente movimiento, estar atento a las ramas y cualquier tipo de asidero donde poder agarrarse en caso que sea necesario y saber que tipo de terreno se pisa para evitar patinar. Si a eso le sumamos que deberás estar atento a no aplastar a los corredores que tienes por delante y evitar hacer de muro de los de atrás podemos concluir que es uno de los momentos críticos de un trail. Con lo fácil que parecía…
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Memoriza el perfil
Saberse de pe a pa el recorrido de un trail es básico para no encontrarnos de buenas a primeras con un muro después de estar con las reservas bajo mínimos. ¿Cómo plantearlo? Yo te propongo un ejercicio que en muchas ocasiones es de lo más útil. Divide el recorrido por el número de cotas que debes subir. Cada cota es una reserva de energías debes guardar antes de encararla. Tantas cimas debemos escalar, pues tantos puntos por detrás de nuestro ritmo óptimo con el que debemos comenzar la aventura, y a partir de ahí hay que ir gastando una reserva por cada cota que vayamos a conquistar. Ojo a las cimas pequeñas y empinadas que pasamos por alto ensimismados con las subidas largas, suelen ser las que más pican en nuestras piernas.
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– Consejos exprés para la Midnight Trail
– 25 cosas que debes saber de una Punk Trail
– 50 sombras del trail (capítulos 1, 2 y 3)
– No más dramas: la vuelta al cole de los corredores
– La incontinencia verbal del corredor
Felicidades por este post. es “impecable” y tendría que salir en todos los manuales para traileros. Felicidades. 🙂
Bueno, hay gente más experta (yo suelo caer en todos esos típicos errores carrera sí carrera también) que hacen guías super útiles. Ésta, como mucho, si sirve para refrescar la memoria, con lo que ya me doy por satisfecho.
Un saludo y gracias.