Cuando ya queda nada para correr un maratón se nos comienza a poner la misma cara de manzana agría que la que nos toca comer para presentar un aspecto saludable, las preocupaciones van en paralelo a la cercanía de tan trascendental fecha y comenzamos a poner en cuestión si había sido una buena idea meterse tal atracón de km entre pecho y espalda.
Pero hay solución aunque no yo no soy quien la aporta, sino que va relacionada con el nivel de sacrificio que cada cual quiera asumir. Yo tan sólo puedo ofrecer un test que, sin duda, no despejará ninguna de vuestras dudas, pero que espero que al menos os sirva para destensaros y hacer un paréntesis en esta espiral de ilusión y remordimientos que es la preparación de un maratón. Ojalá en la línea de meta podamos tomárnoslo con la misma guasa que estos días previos… Allá vamos.





