Perdona si se me olvidó saludarte

SALUDO RUNNER

De un tiempo a esta parte existe una campaña que nació de forma bienintencionada pero que a base de insistencia y exposición mediática ha llegado hasta el punto en el que ya parece que no asumirla como propia te convierte en un ser tóxico. Y ya no es solo el devolver el saludo para no dejar en coitus interruptus al emisor sino el verte obligado a ser tú el promotor de esa acción con cualquier corredor con el que te cruces por las calles. El runner no solo ha de serlo, también ha de mostrarlo y parecerlo.
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