3ª parte: cómo identificarlos a tiempo Y TRATARLOS
Y finalmente señalemos con el dedo al igual que hacía aquella listilla chivata, rabiosa y arribista de clase que se iba a comer el mundo imitando a la profe y ahora sólo los mocos haciendo fotocopias y sirviendo cafés. Como en cualquier pésima peli de zombis que se precie de serlo siempre hay un forzadísimo climax en el que el protagonista debe dar el tiro de gracia a alguien que aprecia pero que se ha pasado al otro bando, así que hay que tener cuidado a quien queremos hundir. Quien sabe, podemos un día ser tú o yo los que caigamos en las garras del recorte.