En un mundo perfecto no estaría perdiendo el tiempo escribiendo esto ni tú lo estarías leyendo. Estaría corriendo (o, mejor, follando, pero de eso no va este… ¿texto?). Y cada vez que saliera a correr todo sería perfecto, volvería con una sonrisa que me daría toda la vuelta a la cabeza y todos los problemas cotidianos se habrían esfumado.