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Running, mentiras y cintas de pelo

Chubby Bubbles Girl

Nada es como parece (y doy gracias). Novi@s que te echas y que al día siguiente de formalizar la relación son personas completamente diferentes a lo que te habían vendido (por lo tanto, rutinarias). Cursos por fascículos que te prometen perfeccionar un idioma y lo único que aprendes es una sabía lección sobre neoliberalismo e inflación de precios cada vez que te tienes que comprar una nueva lección. Pelis que odias a muerte pero que con el paso del tiempo las conviertes en placer culpable para dar rabia al que te llevaba la contraria. El voto útil que se da de patadas con tus presuntos principios. Ese grupo musical que ignoras pero que te queda de perlas serigrafiado en tu nueva camiseta.

En definitiva, unas cuantas contradicciones vitales que se acaban convirtiendo en una fuente de sabiduría y madurez, y acaban por confirmar que en la vida puede mediar un mundo entre las expectativas que uno deposite en algo y lo que al final en realidad se acabe convirtiendo. Y el running, a pesar de la pasión desatada cuando las cosas comienzan a salir bien, no es un universo paralelo que esté al margen de este tipo de sí pero no, vive en la misma sociedad que vende hamburguesas de vacuno con carne de caballo. Y todo esto sólo para decirte que a veces aprender una lección y despertar de un sueño nos sirve para dejar algunas sentencias de barra de bar con el que desmitificar (y al final acabar amando aún más, así de sadomasoquista es) éste deporte/afición/sacrificio que es el atletismo popular.

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1- El precio de las bambas no es definitivo para determinar el nivel competitivo aunque sí puede indicar el estatus económico, la empresa patrocinadora y en algún caso el grado de cretinismo de quien las calza.

2- El grosor de la suela no es indicativo de tu apego a la naturaleza, sí el rastro de basura que dejes en el camino.

3- Calzarte unas bambas no te da ningún tipo de superioridad moral sobre el resto de los mortales, eso lo hacen tus actos y estos están tan vinculados al deporte como a la vida social.

4- El volumen de gadgets que lleves encima no va a conseguir que seas tan letal en carrera como Robocop con el crimen organizado, sin embargo es más que probable que sí llegues a emular sus torpes andares.

5- La finura del cuerpo no tiene por qué indicar el grado de sacrificio y entrenamiento, cada persona tiene un metabolismo particular.

6- El volumen de participantes en una carrera popular no es indicativo del nivel de satisfacción del usuario, sólo de su éxito de convocatoria (marketing + lugar + contexto).

7- Del mismo modo, una atiborrada bolsa del corredor no sirve para tapar las carencias de una carrera, ésta se distingue sobre todo por sus servicios y trato al corredor.

8- El coste de la inscripción no tiene por qué ser sinónimo de calidad y más y mejores servicios; la oferta y la demanda y el interés en forrarse puede colaborar mucho en ello.

9- Parar en medio de un entrenamiento a disfrutar del paisaje no es una  evidencia de flojera, correr no se hizo sólo para batir marcas.

10- Desgraciadamente las piernas en los días previos a una carrera sólo indican tu grado de forma no el estado en que te vas a encontrar cuando se de el pistoletazo de salida,  el calentamiento es el mejor medidor.

11- No pegar apenas ojo en la víspera de una carrera no tiene por qué ser síntoma de no tenerlas todas con uno mismo, sino que demuestra el grado de interés y obsesión que has puesto en ese reto.

12- Posicionarte en una barqueta por delante de la que te toca no va a conseguir que seas más rápido sino convertirte en un obstáculo para los son más veloces que tú.

13- Salir a tope no te garantiza un buen crono, más bien una buena pájara; por norma general cuanto más reserves al principio más rápido irás al final.

14- Criticar al que va delante porque interrumpe tu ritmo no va a hacer que vayas más rápido, sólo conseguirá que desperdicies energía inútilmente.

15- Ceder la botella de agua a los que corren a tu lado no te va a generar más sed sino más complicidad y ayuda posterior en los momentos duros.

16- Interesarte por el estado de los corredores que se encuentran en un momento crítico o lesionado no te hará mejorar tu crono pero seguro que te permite llegar  a meta más satisfecho que si lo hubieras ninguneado.

17- Por mucho que uno se obceque el GPS no es el medidor oficial de la carrera, esa es labor de los homologadores de circuitos.

18- Recortar recorrido quizá te permita ganar unos segundos pero ampliará las distancia que hay entre el tú real y el del buen corredor que una vez soñaste ser.

19- Batallar contra otros contrincantes no te va a generar una mayor sensación de triunfo que la de batirte a ti mismo.

20- La posición y el tiempo final de un corredor no es indicativo de su grado de éxito, éste está ligado a las expectativas personales.

21- Aplaudir a los que llegan no te va a crear una luxación en las muñecas y una afonía incurable, más bien te generará una satisfacción recíproca.

22- Fracasar intentándolo no te hace peor corredor, lo hace no poner ilusión al intentarlo…

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