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Cursa Barri de Sant Antoni: el recorrido en 10 claves

CURSA SANT ANTONI RECORREGUT

Barcelona estrena cada año el calendario atlético con una clásica entre las clásicas, la Cursa Sant Antoni. La hermana mayor de todas las curses de barri es cita ineludible tanto para aquellos que quieren sacar el polvo a sus extremidades inferiores como para los que comienzan aquí a cumplir ese propósito tan habitual de «me pondré a hacer deporte de una puñetera vez» o aquellos que la tienen fija para asaltar el crono. Porque aquí se corre y mucho, ahora te paso a detallar en esta guía del recorrido todos los detalles que se esconden en sus 10.000 homologadísimos metros.

1/ Parecía que habría novedades pero… No, repetimos circuito

Se había planteado un nuevo circuito que, por lo que veo, al final no ha tirado adelante (en el centro de Barcelona es muy difícil que te den vía libre para poder hacer grandes modificaciones, supongo que por eso se queda tal cual). Eso significa que varios tramos del recorrido son calles largas que sirven para poner un ritmo sostenido, que el último km y medio es favorable y se va a muerte, y que te toca apretar los dientes en Sepúlveda y Paral·lel (del km 7,3 al 8,3).  Un circuito rápido y en el que se puede hacer marca si se corre con un poco (solo un poco) de cabeza.

2/ Resumen: llano (pero no tanto), rápido lo es un buen rato

Estamos en el centro de Barcelona y bastante cerca del mar, los desniveles son mínimos (aunque los hay por estar tocando Montjuïc y estar bajo el auspicio de Collserola) y las calles son anchas. El recorrido es bastante revirado (una veintena larga de giros, ninguno de ellos excesivamente cerrado) pero aun así me parece que se deja correr mucho si consigues hacerte un hueco entre el pelotón.

3/ Para hacer marca: piernas, ritmo y saber regular 

El ritmo de carrera que te plantees para la cursa Sant Antoni lo tendrás que ir modificando según la zona por la que transcurras dentro del recorrido; saber que perderás algunos segundos que luego recuperarás en otros tramos más favorables.

4/ Toma nota de las ‘cuestas’…

Aunque no lo parezca hay algunas calles que pican para arriba y según como las tomes te pueden llevar a un punto de agonía. Y lo pongo entre comillas porque el desnivel de las cuestas no pasa de lo que te encuentras en Paral·lel: corriendo vaya si lo notas y paseando te ríes del drama que montas cuando te calzas las bambas. Son tramos que podrías hacer a ritmo de carrera pero que yo considero un suicidio competitivo ya que luego o te faltaría ese punch para rematar o directamente acabarías petando en las zonas más favorables; en la mayoría te sale más a cuenta bajar un punto y perder unos segundos, que ya nos encargaremos de recuperar en otras calles con perfil más favorable.

Te las chivo ahora mismo:

Sepúlveda (km 0,5 y 8). Sobretodo la parte más cercana a Paral·lel comienza a tener una pendiente considerable. Haces un km largo al inicio de la carrera y después atacas de nuevo su tramo más duro sobre el km 8. Toca regular.

Tamarit (km 5,5). Es larga aunque la pendiente es muy suave, casi inapreciable si tenemos las piernas frescas.  Se hace a ritmo de carrera.

Viladomat (km 7,1). Tan breve (una manzana de distancia) como anecdótica, no reviste ningún tipo de problema superarla.

Paral·lel (km 7,3). Algo más de medio km aprox. con una pendiente suave y constante. la suerte es que no alcanzamos el tramo más duro (aquel que comienza a la altura de Lleida y se extiende hasta Pl. Espanya).

Entença (km 7,8). Subida conocida para aquellos que han corrido la Jean Bouin o la Cursa de l’Amistat, pero en este caso nos la encontramos con la carrera ya muy madura (unos 250 m hasta alcanzar el km 8). No excesiva pendiente pero que ya pica porque venimos tocados de Paral·lel.

5/ …Y de los tramos favorables

Que son justamente donde podemos rascar algunos segundos al crono. Yo cuento estos:

EN CARRERA

6/ Salida: dos curvas al poco de ponernos a correr

La salida es ancha pero somos cerca de 4.000 corredores y notaremos las estrecheces ya al girar al carrer Casanova (pasados unos 300 metros) donde perdemos un carril y que solo pisaremos una manzana para girar a Sepúlveda. Lo principal en este inicio de carrera es salir indemne de posibles tropezones, mucha precaución.

7/ No tendrás un ritmo cómodo hasta llegar a Gran Via

En Sepúlveda, además de las estrecheces por la cantidad de corredores que estamos inmersos en el fregado, nos tenemos que enfrentar a una pendiente que comienza suave y acaba convirtiéndose en bastante seria ya en sus últimos estertores. No te obceques en clavar el ritmo porque, probablemente, te toque hacer el resto de carrera apajareado. Aquí hay que salvar los muebles. Lo lógico (y nada preocupante) es que lleguemos al km 2 con algo de tiempo perdido. Tranquilo, queda muuuuuucha carrera.

8/ El tramo central se deja correr mucho (del km 2 al 7)

Desde Gran Via hasta aterrizar en Paral·lel tenemos media carrera (unos 5 km) para ponerse un ritmo de crucero y no dejar de insistir en él si nos vemos con fuerza (calles anchas al principio y el pelotón más estirado). Si ya notamos desde un principio que hoy ese ritmo es demasiado para nosotros yo de vosotros no lo forzaría e intentaría buscar uno más cómodo. Porque el tramo que se inicia desde Paral·lel puede dejar un buen montón de cadáveres.

9/ Paral·lel, Entença y Sepúlveda, el último gran escollo

Es importante iniciar el tramo menos favorable de la prueba, el que da inicio en Paral·lel (km 7,3 aprox.)  y conecta con Entença y Sepúlveda con las piernas aún frescas, porque si llegamos con un punto de agonía se nos va a hacer muy cuesta arriba. Aquí toca regular sin dejarse llevar, claro, pero tampoco poniendo un ritmo excesivo que con el casi km que tenemos por delante se nos acabe haciendo inasumible.

10/ Desde Gran Via, acelerando hasta meta

El último tramo que va de Gran Via a meta es la carta con la que realmente nos jugamos el finiquitar la carrera con una gran marca. Si hemos superado con creces todas las etapas anteriores aquí tocará rematar elevando el ritmo de forma progresiva a medida que nos vamos acercando a la línea de llegada. Lo mejor, que tiene cierta tendencia a bajar, así que entre Gran Via y Urgell toca ir aumentando el ritmo.

Eso sí, ojo con la recta de meta. Vienes acelerado de dos calles con perfil favorable y aquí es más llano y aún son unos 350/400 metros lo que nos queda. La idea es mantener ese ritmo vivo, y ya cuando veamos el marcador que posiciona el arco de meta, a muerte.

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