A veces intentamos preñar las palabras con tanta trascendencia que las vaciamos de sentido, queremos vivir algo de forma tan intensa que acabamos convirtiéndonos en maníacos más que en amantes.
¿Vives y sueñas pensando en running? Entonces es que has convertido algo tan edificante como aparentemente intrascendente como es salir a correr, la traducción al lenguaje del deportivo de evadirse, en una obsesión, no en un estilo de vida.
Correr es una filosofía de vida es un mantra que se ha ido instalando dentro de la psique del corredor ya sea porque es de las pocas cosas que le ha dado algo de dulzor en un mundo repleto de problemas y zancadillas o porque se ha dejado engatusar por algunos grandes comerciantes que hacen de la técnica de vender slogans un negocio en si mismo. Y suele ser la gente que menos se jacta publicamente de ello quienes realmente lo sienten así.
Y las librerías está repleto de ejemplos de peña que se supera día sí día también, de personas que le dan una brutal patada al mundo normal de 7 a 9 de la tarde, de algunos que quieren ser más papistas que el papa en una absurda espiral de a ver quien es más puro y la tiene más grande, de profesores de la vida que te van a indicar el único camino a seguir… Como si no hubiera otros, tantos como personas habitan en este desastre de planeta, y como si no hubiera otras maneras de completarlos que moviendo con velocidad las extremidades inferiores. No sé que cojones es la vida (aunque intuyo que se basa en una acumulación de experiencias que el tiempo va moldeando), pero ya te digo que ni empieza ni acaba calzándose unas bambas, a no ser que vivas y comas de (o para) ello.
Nunca creí que correr me hiciera mejor persona (no sé por qué pero siempre he pensado que son tus acciones ordinarias las que te acaban definiendo), tampoco que me convirtiera en una especie de héroe (junto a ídolos y genios habría suficiente leña para hacer arder la hoguera de las vanidades), menos aún que fuese a cambiar el mundo (para eso hay que salir a la calle con una guillotina, no con una mochila de hidratación).
Al fin y al cabo, correr es sólo una más de las miles de aventuras si has decidido vivir. La cambia, la mejora. Nada importante pero totalmente necesario.