Seguro que muchos tenéis marcado en rojo en el calendario la fecha de la Cursa dels Bombers como el día clave para intentar el asalto a una marca que desde hace tiempo arde en vuestros fueros internos o como objetivo exitoso para un debut en una carrera popular. Bombers se puede correr bien, regular y mal, vamos a intentar quedarnos al menos entre el primer y segundo término mirando de desentreñar los secretos de su circuito. Como siempre, es una versión muy personal, al fin y al cabo soy igual de popular que tú, que el del cajón de atrás y que tu vecina del quinto que se acaba de calzar las bambas.
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1- Los primeros km, con cabeza
Ya lo sé que quieres finiquitar tu crono desde el primer km pero es justamente en Bombers donde el proverbio runner (y también del minimal techno, no tanto del sexo y la gastronomía, vete a tomar por culo Ferran Adrià) del menos es más cobra más sentido que nunca. En la primera parte de la carrera se dan una serie de factores que condicionan tu ritmo y que te obligan a ser cauto y reservar fuerzas: una salida bastante saturada de gente, tener que comerse Paral·lel y aprovechar el primer avituallamiento mientras intentas salir sano y salvo. Si vas clavando el tiempo que tenías planteado como ritmo medio puede significar dos cosas: o que vas muy sobrado o, lo más razonable, que estás corriendo pòr encima de tus posibilidades (resultado: luego lo pagarás). Hasta Gran Via hay que perder tiempo y guardar fuerzas para darlo todo en la segunda parte de carrera; allí, con terreno mucho más favorable, es donde sale la marca.
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2- El reto comienza en Gran Via
Desde ahí ya toca ponerse un ritmo constante y mentalizarse de que vamos a ir hasta el final un poco más deprisa que nuestro ritmo medio (por eso es tan necesario llegar lo más enteros posibles a ese punto). El terreno es mucho más favorable y Gran Via, Marina y el resto de calles son lo suficientemente anchas para evitar embozamientos humanos.
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3- Hay control cada 2,5 km
Y puedes hacer un cálculo antes de la carrera de los tiempos de paso que deberías llevar al cruzar las alfombrillas. El plan que a mi al final me ha funcionado mejor es el siguiente: en el primer y segundo control perdiendo tiempo, en el tercero recuperando parte de él (y si consigues de manera no forzada recuperarlo todo ya te aseguro que te vas a llevar a casa un marcón, palabra) y cruzando la meta ya con el tiempo que tenías pensado cubierto (o aún mejor).
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4- La trampa: Ronda Sant Pere
No te fies del perfil que ha colgado la organización en su guía de carrera, el dibujo está realizado con un exceso de optimismo en lo que respecta a la segunda parte de carrera. Sí, es muy favorable, pero da a entender que es un paseo cuesta abajo y no es así. Gran Via siempre tiene algún falso llano y Ronda Sant Pere pica levemente (sí, de forma insignificante) hacia arriba. Esta última se puede convertir en un muro porque vamos muy sueltos de los kilómetros anteriores y a pesar del casi inapreciable desnivel nos pilla algo a contrapie. Hay que apretar los dientes (si te encuentras fuerte yo no bajaría el ritmo, son 800 metros, puedes tomarte un respiro en la previa Passeig St. Joan para afrontarla con más garantías) pensando que girando ya nos encontramos una bajada de las buenas.
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5- ¿Saltarse el 2º avituallamiento?
Pues no es una idea descabellada. Tengo claro que el primero es muy necesario, el segundo, a falta de 2 km y en su mayor parte en bajada, no tanto. Eso sí, si el día se ha alzado para fustigarnos con un tiempo más veraniego que primaveral no lo deje escapar, pero si te encuentras fisiológicamente perfecto y vas con el objetivo de buscar marca yo optaría por saltármelo (mira, con la tontería de seguir recto ya casi has recuperado todo lo que perdiste en la primera parte).
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6- Si te encuentras bien, desde Via Laietana a tumba abierta
Hay dos formas de acometerla: a muerte desde el principio (lo dicho, si ese día las piernas responde excepcionalmente bien) o acelerando progresivamente con el objetivo de encarar la recta de meta con el turbo a punto. A partir de aquí ya todo es bajada, aunque hay unos 150 metros que suaviza hasta convertirse en llano a mitad de la avenida, creo que es donde se le da el baño de oro a ese crono que estamos buscando con ansia.
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7- La recta de meta tiene truco
Seremos 27.000 así que es más que probable que en la prueba no alcances a entender eso de la soledad del corredor (vale, que es un estado mental…), por regla natural somos gente que nos gusta tomar la vía corta (en algunos caso hasta demasiado), así que el orden natural een esta ocasión es escorarnos por el lado izquierdo para cruzar la meta. Si ves que hay mucho mogollón que va a ralentizar tu sprint o te va a obligar a hacer el agotador zig zag te aconsejo que en el momento que veas el desvió para abrirte a la derecha lo hagas y entres por esa zona que está mucho más vacía.
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El recorrido: de 0 a… 10.000
*Ojo! Las distancias son apróximadas.
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