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10 errores a evitar en la eDreams Mitja de Barcelona

10 errores mitja Barcelona

¿Saben aquell que diu: «Me he preparado como nunca y al primer kilómetro lo echo todo a perder»? Pues yo suelo militar gracilmente en ese selecto club de descerebrados que se estampan contra el muro nada más darse el pistoletazo de salida y no deja de reincidir a lo largo de toda una carrera (y vida deportiva). El deseo de disfrutar de cualquier carrera hace que lo haga tan rematadamente mal como para que un 5k se me haga más larga que una Ultra en autosuficiencia.

Como quiero evitar que el resto de la humanidad caiga en el mismo pozo sin fondo (una vez has probado las mieles del fracaso es muy difícil no reincidir) te paso unos tips que no están elaborados bajo ningún estudio psicotécnico, biomecánico o pseudocientífico de esos de cóbrese usted la voluntad que luego ya le sablearé spameando su vida (algo tan del running actual…), sino a base de soberanas hostias y buen montón de visitas al hombre del mazo. Muchos de estos errores los he vivido en primera persona en la Mitja de Barcelona (donde aquí te detallo su circuito); tú que eres joven y aún con el cerebro fresco puedes evitar caer en ellos.

1/ Aparecer a ultimísima hora en el cajón de salida 

Que si la charla con los colegas, que si el cuerpo no ha pillado la temperatura en el calentamiento, que si la manta me ha secuestrado, que si ese pipí traidor, que si el selfie de turno con el Arc de Triomf de fondo.

Que sí, que hay que cumplir con todos esos hábitos del corredor moderno. Pero no te olvides nunca de lo importante: has venido a correr (o a tener material para contarlo). Así que intenta acceder pronto a tu cajón de salida (15 minutos antes al menos) por dos razones porque así tendrás opción de colocarte en una buena posición si tu tiempo es para estar en la zona delantera de ese cajón o tienes previsto seguir a una liebre y necesitas estar lo más cerca posible de ella.

Se me olvida de otra (en la que yo no caigo, bendito miedo pre carrera que me hace ser siempre cauto): salir desde un cajón más adelante del que te toca, un seguro.

2/ Que se te escapen las liebres y te empecines en reengancharte

Llegaste tarde (TE LO DIJE) y la salida es un poco angosta: na más partir la calle se estrecha momentáneamente y hay un giro de 90º, la liebre que tenías a solo 10 metros se ha distanciado hasta los 200 metros en solo 10 segundos.

¿Te tocará pillarla, no? ERROR. Lo mejor que puedes hacer es mantener la distancia y seguir a tu ritmo: si ese ritmo es coincidente con el de la liebre mantendrás ese espacio a lo largo de la carrera; si es más rápido la acabarás atrapando sin forzar; si es más lento solo tienes que ir controlando que esa distancia se ensanche de forma progresiva.

3/ Ponerte a hacer zig zag en los primeros 2 km

Que sí, que da rabia salir y verse frenado justo ahora que el cuerpo te está pidiendo marcha. Pero ya me dirás donde está el beneficio de correr a tope 200 metros extras, esquivando a más personas que Rajoy preguntas en una rueda de prensa, que los metros estipulados en línea recta. Vas a hacer metros de más y te vas a cansar el doble. Tranquilo, la subida de Paral·lel ya pondrá a cada uno en su sitio.

4/ Subir Paral·lel a ritmo de carrera 

Lo mismo, si hemos llegado con las pìernas a punto a esta carrera vas a sentir una efervescencia que ni un adolescente puesto hasta arriba en su primer festival de música inaudible y garrafón a precio de menú del día en el DiverXO (¿sabes que el punki de Bershka también corre? Pues sí… y parece ser que no se le da nada mal). La podrías subir a ritmo de carrera sin perder ni un segundo (en la Marató me cuentas si te sale ese coraje, eh!) pero hipotecarías el resto de la competición. Es gastar una bala antes de tiempo.

5/ Recuperar el tiempo perdido de golpe nada más pisar llano

Otra de las mías: preferir el fast food al entrecot a la leña. Las ganas de sacarnos de encima ese tiempo de más que hemos ido acumulado en los primeros cuatro km hace que queramos  acelerar el ritmo para liberarnos de la carga, si puede ser aprovechando larga recta de Gran Via. Total, luego es ya controlar que no se te escapen más segundos, ¿no? Pues no, luego sería básicamente lidiar con el hombre del mazo. Una media maratón se cocina siempre a fuego lento (ya ni te cuento un maratón) y en ésta Mitja de Barcelona tienes terreno de sobra para enjugar esa desventaja.

6/ Saltarte el avituallamiento ya que «no hace calor ni tengo sed»

Salimos muy pronto (a las 8.30) y no vemos tan necesario el hábito de hidratarnos ya que el sol pinta que no va a apretar. Craso error, siempre hay que ir un paso por delante de la sed y el hambre. Pasarse 10 km sin ingerir algo de líquido es quedarte vacío para el resto de la carrera.

7/ Seguir a colegas que llevan un punto más de ritmo que tú

Con una previsión de entre 17 o 18.000 corredores, seguro que te vas a encontrar pateando el asfalto a la vecina del quinto que jamás te hará caso, al capullo que te hinchaba a collejas en el recreo y al cartero terrorista que te funde el timbre a primera hora de la mañana. A ellos ni olvido ni perdón.

Pero también coincidirás con un montón de colegas con los que has compartido km. Vale, eso de hacer camino con ellos mola, pero que el buenrollismo del Vamos juntos sin haberlo previsto antes dela carrera no te disuada de tu objetivo, que no es otro que el de sentir que las piernas fluyen sin pasarte con tu ritmo. Coleguear yendo cuatro segundos más rápido de los que deberías es sellar unas futuras  birras donde el objetivo de las risas vas a ser tú y tu espectacular visita al muro de las lamentaciones.

8/ No adaptar tu ritmo si aparece el viento ya que «es llano»

Esta es uno de esos errores en los que suelo caer cada vez que piso Diagonal Mar y el viento ha decidido ese día dar por culo (aka dar más épica) a nuestras evoluciones atléticas. Obsesionarse con mantener la misma velocidad cuando Eolo ha decidido soplar de cara para luego, cuando está a favor, ser incapaces de mantenerlo vivo. Si hay que frenar un poco, se frena y no pasa nada, y cuando el viento se ponga a nuestro favor recuperamos ese tiempo perdido.

9/ Ir solo en los tramos más destapados

Con tanto ser humano cubriéndote las espaldas debería ser fácil encontrar abrigo, pero las zonas más destapadas de la Mitja de Barcelona están justo en el tramo final que es donde el pelotón va más estirado. Ahí, con el viento azotando (si se ha levantado rebelde) y rectas interminables nunca está de más que entre unos y otros hagáis de paravientos.

10/ Ponerse a sprintar nada más pisar la recta de meta

Es tan larga que te da para petar hasta dos o tres veces. Si vas con el crono justo de tiempo, tu ego te va a pedir que lo des todo ya, y tus piernas te van a responder con un Hasta luego, Lucas cuando compruebe que le estás exigiendo más esfuerzo que a un NiNi sacarse la ESO.

EXTRA/ No pasárselo de puta madre mientras corres

Aunque la competición te esté saliendo como el culo (en mi caso el 95% de las veces) el mayor error y en el que nunca deberías caer es el de no estar divirtiéndote haciendo una de las cosas que más te gusta: sexo (que también), correr.

Lo importante siempre ha sido el camino: el llegar a la línea de salida (con sus sacrificios, dimes y diretes) y el estar aquí disfrutando de patear las calles a un ritmo vivo;  el resultado solo la guinda que corona el pastel.

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