Pides permiso (o consultas también la licencia), citas (o al menos dejas de alguna manera constancia de la procedencia), y así quedas como un señor que entiende perfectamente como debería funcionar el feedback en las redes sociales.
Pero no. En una sociedad donde se le ríe las gracias a cualquier Cabronazi, en la que Villano de Tuiter quintuplica en seguidores a sus propias víctimas, en la que hasta a algunos periodistas se les ha olvidado ese honorable gesto de reconocer la astucia de un compañero para que no se note que acaba de mimetizarle una información, lo normal es que al final acabe imperando la Ley del Salvaje Oeste: pilla el trabajo de los demás y hazlo pasar como tuyo.
Y lo jodido es que en nuestro mundillo, el de correr, tan dado a marcar distancias con el resto y de aferrarse a una lista de valores que algunos jamás ponen en práctica, pasa igual.
Desde que el atletismo popular (competición) o footing (puro hobby) pasó a ser running (filosofía de vida, universalización y/o negocio), desde que la pasta rula de tal manera que en su vertiente positiva ayuda a afianzar una afición saludable (derecho a vivir de lo que te gusta, no lo discuto) pero que también saca las miserias de más de uno; desde que la ambición de un corredor ya no es la de ser corredor sino la de aspirar a figurar a chorradas como influencer o ambassador mendigando por Facebook patrocinios/regalos o vendiendo humo; desde que interesa más la estrategia para llegar a más gente que lo que realmente tengas que contar. Desde ese mismo momento todo se va a la mierda.
¿Has visto que imagen más guay, que frase más currada, que publicación tan interesante? Pues solo hace falta que te guste, ni tan siquiera es necesario que te estrujes el cerebro para parirla: únicamente debes pillarla, retocar lo necesario y presentarla como propia.
No me importa que compartáis mis dibujos incluso sin mencionarme, pero ya que se borre la firma y pongan otra… Eso ya es un muy feo
— Santacenero (@santacenero) January 1, 2016
Es algo que están sufriendo en sus carnes gente a la que sigo. El pobre 72kilos se lleva la palma, pero no quiero olvidarme de los casos de Santacenero, Edu, La Bolsa (a estos hasta le sablean los del Marca…), Foroatletismo… y una lista bien larga.
Sí, casi siempre son viñetas e imágenes. Los que birlan quieren resultados inmediatos que les de promoción al instante, no La Odisea en fascículos que te obligue a exprimir más de dos neuronas sanas. Pero también hay casos de ansiar ya el pack completo, imagen y letra, hasta que pinchan hueso y deben recular si el que va a por ellos tiene cierta entidad. Y sí, es algo que también he vivido en mis propias carnes un buen montón de veces.
He visto por Internet plagios y mala praxis de todos los colores: apropiarse de material, así tal cual, y solo retocar dos líneas de texto para que parezca propio; hacer un rediseño total de una imagen pero con el mismo contenido; deformar una infografía hasta dejarla de tal manera que pierde toda su gracia; o la muy actual de esperar a que se publique una entrada para hacer un resumen y colgarlo en sus redes sociales con el mismo título.
Yo no vivo de esto ni quiero hacerlo (disfruto corriendo como cualquier otro corredor, no ambiciono más). Otros sí y me parece que es una posición igual de respetable. También soy un ferviente defensor del derecho a cagarla porque yo soy el primero que a veces me paso de frenada y yerro el tiro, pero siempre y cuando luego aprendas de ello y no reincidas.
Pero sé que hay otra gente que necesita desesperadamente atención y visitas hasta rozar el puro spam para alimentar su propio ego o engatusar anunciantes. Curiosamente, muchos de estos plagiadores tienen tal éxito que pueden aprovechar su posición dominante para silenciar las críticas, aunque no siempre lo consiguen. A mí esto me da auténtico asco.
Os lo pongo fácil: generad vuestro propio contenido, intentad sed diferentes al resto y no una panda de wannabes que solo espera dar el codazo para quedarse el sitio. Y agradeced el trabajo del resto de compañeros que en la mayoría de los casos contribuyen a la causa sin buscar más contraprestación que la de que les prestes un poco de atención. Y seguro que muchos de ellos os devolverán el favor. Porque aunque no es algo trascendental, y más allá de su siempre cuestionable calidad, tras cada creación hay un buen número de horas invertidas, de esfuerzo y de ilusión.
Debe ser muy triste acabar el año, hacer un resumen y que lo más visitado de tu imaginario reino sea material ajeno porque sois incapaces de crear algo medio digno si no es a base de copias, inspiraciones y otras mierdas de actitudes. O porque no tenéis material suficiente que de lumbre a vuestro ficticio imperio a base de la leña del RT fácil.
Prefiero mil veces echarme unas risas y estrechar la mano con aquellos con los que me leo, que tener millones de visitas de gente anónima que entra y sale por alguna argucia engañabobos. Porque ¿sabes? yo no leo blogs, twitters o páginas de Facebook… leo a gente, gente que me cuenta sus historias y con los que coincido en las calles corriendo aunque ellos estén a 5 o a 5.000 km de distancia. Disfruto viviendo las mismas manías, ínfulas y miedos.
Si tú quieres medrar/forrarte con esto, adelante. Pero déjanos al resto en paz, porque lo que estáis consiguiendo es que la gente que intenta hacer las cosas bien un día se acabe cansando de verse acribillada por cuatro ególatras sin imaginación ni talento, y cuyo único criterio es el beneficio propio.
Y os quedaréis sin material y sin nadie en quién inspiraros. Y ese día tendréis que hacer frente a la cruda realidad: lidiar con vuestras propias miserias.
*Imagen creada a partir de una imagen propia y el logo de Creative Commons.