Icono del sitio BLOGMALDITO

Dumb & Runner: Permítame ser ridículo

Dos tontos muy tontos raners runners

En este mundillo de runners perfectos parece que hay que tener estilo incluso a la hora tropezar (no es un fracaso, es una motivación para la siguiente… anda y vete a freír espárragos) y mira que no hay cosa más sana que reírse de uno mismo.

Del mismo modo que vestimos nuestras mejores galas para acabar saliendo en la foto finish más desconfigurados que un retrato picasiano, reivindico el derecho que, de vez en cuando, nos metamos unos sopapos de aúpa, dejemos de intentar ser tan excepcionales que rocemos el asquito público y mostremos qué tipo de sangre horchatera corre por nuestras venas. Hay cosas de lo más normales que te pueden suceder (olvidarte el dorsal o el chip, equivocarte de cola a la hora de dejar la bolsa) pero no me refiero a eso, sino a hacer directamente el ridículo. Porque mi zona de conforto es el bochorno, aquí va mi Top.

Con la inscripción…

1/ Ir a buscar el dorsal con el resguardo de la misma carrera… pero de la una pasada edición, y hacer pasar el cuarto de hora más puta a los de la organización que no se explican como la han podido cagar tanto.

2/ Acudir a la salida de una carrera sin haberte apuntado y que te des cuenta del olvido justo cuando ya has hecho el viaje en coche hasta allí.

Entrenando…

3/ Trotar a las dos de la mañana por la montaña y toparte con una jabalí que te mira fijamente. No hay problema, amiga, ya nos hemos encontrado otras veces en esta misma situación: yo por un lado y tú por el otro. Aparecer por sorpresa las crías de la jabalí y ponernos todos a gritar a lo Ned Flanders dando vueltas en círculo como si nos estuviera persiguiendo Leatherface de la ‘Matanza de Texas’.

4/ Encontrarme corriendo por la montaña un cartel de ‘Prohibido el paso. Propiedad privada’ en medio de un camino público por el que siempre has pasado. Pillar el rebote al darme cuenta que procede de una Masia Okupa de niños bien y continuar la marcha con un vete a tocar los huevos a otro. Volver escopeteado sobre mis pasos perseguido por tres perros de tamaño pequinés. Llegar a casa con un bocado en el muslo y un revolcón tras tirarme por un miniprecipicio (3 metros, que hablamos de Collserola, no del Cadí) para salvarme. Eso sí, los 500 m más rápidos he corrido en mi vida.

5/ Reanudar un entreno tras hacer una pausa y querer salir tan a tope que al primer paso te metes el ostión padre al poner el pie en una tarima de madera mojada. Y como acto reflejo pausar el crono cuando no eras capaz de recobrar la respiración.

6/ Hacer una tirada larga desde casa hasta el Tibidabo sin comer. Acabar muerto de hambre rebuscando en las papeleras de Vallvidrera para ver si encontraba un chusco de pan comestible.

7/ Probarme unos manguitos como perneras para salir a correr, asumir que si me estrangulan tanto es porque: a) tengo unas piernas super musculadas. o b) escogí talla de niños.

Compitiendo…

8/ Probar un gel antes de un maratón y desparramártelo por encima… No tener ropa de recambio. Correr como si llevaras puesto un babero manchado de papilla.

9/ Ir a correr con la camiseta de tirantes puesta del revés. Echarle la culpa a que te aprieta el collar, darte cuenta de tu error tras cruzar la meta y haber charlado con la plana mayor de los presentes que se lo han callado (y reído) como putas.

10/ Vociferar en plena carrera un «mira, a lo Lebron James» intentando encestar de gancho una botella de agua en la papelera y que acabe en el jardín de unos vecinos.

11/ Ponerte a liderar una grupeta en una carrera de montaña haciéndoles ver que tú te sabes de pe a pa el circuito… y acabar tomando un camino equivocado recorriendo medio km menos de lo que tocaba….

12/ Sprintar tomando de referencia el arco de meta equivocado. Adelantar a una decena, verte adelantado por una veintena… Arrastrarte los 100 m que faltan hasta meta.

Extra/ Asegurar que Jaume Leiva es vasco porque su grupo de entreno y aficionados son los de IRun with Leiva.

Por favor, no me dejéis solo en esta catarsis del ridículo y admitid… que a vosotros también os pasa.

Salir de la versión móvil