El primer día de cada mes es una versión mini y desnaturalizada de ese 1 de enero en el que nos hemos prometido mucho más de lo que nos negamos a reconocer que somos incapaces de cumplir. Una forma de enmascarar esos propósitos de año nuevo acercando discretamente hacia nosotros la línea de meta. Eso sí, todo pinta de miedo cuando lo dibujas con antelación: un estricto plan de entrenamiento para ganar esas décimas que se nos resisten, un apunte mental de los días que quieres salir o una agenda extensísima e inabarcable de carreras a las que deseamos acudir. Y eso sin olvidarnos que siempre hay otros que se dejan llevar por una brújula tan genial como imprevisible que es las ganas que uno tiene en aquel mismo instante de salir a correr.
Lamentablemente el mundo no gira en la órbita que lo hacen tus pasos y mucho menos en el de tus deseos (aunque luchando puedes que rasques un sucedáneo en forma de placebo temporal), suele comprometer tus compromisos con otros desvinculados a correr. Ya sabes, eres tú más las puñeteras circunstancias. Y es que no todo el placer pasa por atarse las bambas, hay tentaciones que, como decía Oscar Wilde (y quedando de un snob que es para patearme con punta de acero), la mejor manera de eliminarlas es acabar sucumbiendo a ellas. Con ustedes, la antiagenda runner.
OCIo
– Playa. El mes ideal para empaparse de los primeros top less y los mazaos recién salidos del invernadero del gym a lucir palmito. El parón para hacer estiramientos está más que justificado en esta ocasión. Pero si encima te quieres hacer el interesante mejor entrenar por la arena ahora que aún no está tan masificado. Y si ya vas descalzo (eso sí con pantalón corto, camiseta sin mangas y perro labrador a nuestra vera, que se vea que somos gente pro), mejor que mejor.
reivindicación
– Día de la madre (5 de mayo). No hace falta que te diga que ese día el foco de atención y mimos está única y exclusivamente en ella, así que evita que tus aventuras de corredor popular dominen las conversaciones y si tienes que salir a entrenar o competir procura que sea lo más cerca posible de la persona que gestó durante 9 meses ese par extremidades con el que das las zancadas. Ah! Y ni se te ocurra rechistar el menú del día porque no casa con tu estricta dieta de runner con vocación olímpica.
música
– La del festival veraniego es la versión hardcore de los eventos musicales pero mayo también está plagado de conciertos que nos pueden complicar nuestros planes de entrenamiento si los tenemos reservados en la franja nocturna: The XX (2 de mayo), unos Bloc Party caídos en el pozo (4 de mayo), los hoy nuevamente necesarios Def Con Dos (10 de mayo), la última sobrada de Standstill (11 de mayo), los resto del politoxicómano Pete Doherty (11 de mayo), ese pedazo de mole que es 50 Cent (18 de mayo), el cada día más burro Vitalic (19 de mayo), unos Macaco que pasaban por ahí (30 de mayo) o una Alaska que busca con lo último de Fangoria (31 de mayo) que se vuelvan a referir a Vaquerizo como esposo de y no al revés .
– Si tienes vástagos en la esplendorosa edad del pavo (o es tu pasión oculta) no te quedará otra que montar la tienda de campaña para tener la mejor posición con la que ver a One Direction (22 de mayo) al lado del Pavelló Olímpic de Montigalà. Al menos podrás aprovechar para hacer series y memorizarte parte del recorrido de la Maratest y la BDN Running mientras no le quitas ojo a ese/a que le está echando los trastos a tu virginal hij@. Y si escuchas asesinar un gato mientras entrenas de noche por Montjuïch, tranquilo, es sólo Melendi (24 y 25 de mayo) que toca esos días por ahí. Días después lo hará ese terror del twitter que es Alejandro Sanz (29 y 30 de mayo).
DEPORTES
El mes de mayo se junta todo: el ocaso del fútbol, baloncesto, balonmano, etc. y la eclosión del motor y el comienzo de las grandes vueltas ciclistas. Como seas fan del deporte en general te verás abocado a afrontar jornadas maratonianas que a veces son incompatibles con carreras populares o entrenamientos pactados con más gente. Tenlo en cuenta antes de tirarte a la piscina.
– Moto GP. Sesiones matutinas que se alargan hasta la hora de la comida con Jerez (5 de mayo) y Le Mans (19 de mayo) como escenarios. O te levantas prontísimo para salir a entrenar (¿en qué quedaron los domingos de manta y pereza?) o vas a una competi corta y que te quede cerca de casa. Es asumible pero vas a tener que luchar con el mazo del crono por partida doble.
– Final Four (10-12 de mayo): O el esperadísimo duelo entre los equipos de baloncesto del Real Madrid y el Barça, un enfrentamiento que no sucedía desde hace… 20 minutos. Más sobresaturados de clásicos que de secuelas de Call of Duty o vídeos de Youtube en un informativo, se supone que, en esta ocasión sí, es el partido trascendental del año.
– Final de Champions (25 de mayo): Si os gusta ver fútbol de equipo y no diez lacayos jugando para uno sólo, aquí tenéis la oportunidad de ver los dos mejores ejemplos continentales. Perderás una noche de entreno aunque no sería tan excepcional como si la final la hubieran disputado Barça y Madrid, en ese caso sí que te conviertes durante dos horas largas en el puñetero amo de una calle que parece sacada de una peli sobre el fin del mundo.