Adopta un runner

Grumpy Cat Running ME MYSELF I

Lo sé, lo que tú realmente habías soñado era dar brincos con un perro de esos con sonrisa boba de anuncio publicitario que no se manchan y usan un champú para el pelo mucho más sedoso que el tuyo, o al menos un gato para poder hacer memés instantáneos sobre el nulo amor que te profesa (que es una metáfora de lo cruel que es el mundo contigo) y que se queda tranquilo en casa lamiéndose las bolas. Pero para tu desgracia, la vida en pareja o la descendencia te ha traído como mascota a un corredor popular, mucho más descerebrado que el primero y mucho más traidor que el segundo. Y lo peor, no hay subvención estatal que te permita poder sobrellevarlo a base de lingotazos pero sí este Manual para comprender, acoger y tratar a un corredor popular.

Sigue leyendo