Hicimos los deberes y lo pudiste certificar en el test preparatorio, ahora sólo nos falta saber si tenemos la cabeza lo suficientemente serena como para meternos en un berenjenal kilométrico y salir airosos. Si cateas, tranquilo, que el running no es más que ese crédito de libre elección al que no hace falta ir a clase, simplemente hacer el cabra por las calles y el monte.
consejos
Momentos críticos de carrera: tipos de liebre
Si el mundo del running es un ecosistema donde conviven las especies más heterodoxas de corredores, esa subespecie que se encargan de llevar los ritmos de carrera y arrastrar a buena parte de los runners con metas explicitas no podía ser menos. Y aunque cada liebre es un mundo, esta vez intentaremos hacer una clasificación más o menos consecuente por sus distintas formas de correr y de llevar a su manada hasta la gloriosa línea de llegada.
Publicado en La bolsa del corredor.
Momentos críticos de carrera: persiguiendo a la liebre
De pequeños perseguíamos el globo, de adolescentes lo pillábamos y cuando comenzamos a tener dos dedos de frente… volvemos en su busca y captura en ese chiquiparc para todas las edades que son las carreras populares. Y es que ya no basta con finalizar una carrera, ahora ya queremos llegar más lejos y, sobre todo, mucho más rápido, y si encima se consigue adelantando a unos cuantos de nuestros rivales, miel sobre hojuelas. Y para este cometido muchos corredores se apoyan en una figura clásica de las carreras populares: la liebre o pacemaker (si te pirras por usar el inglés/klingon del argot runner).
Publicado en La bolsa del corredor.
Fast Foodting, comer-correr-comer
Tú, una hamburguesa y ese persistente sentimiento de culpa. Una de las maldiciones que vienen asociadas a la figura del corredor compulsivo. Un día decidimos que no salimos a entrenar y nos invade durante el resto de la jornada una sensación de pánico terrible a volvernos de golpe más lentos que una respuesta a una avería telefónica. Otro día nos compramos un delicioso helado (de los que tardas más en desenvolverlo que en consumirlo) y al segundo lametón sobreviene un regusto agrío por ese nuevo ingrediente con el que no contábamos: el cargo de conciencia. Una puñetera desgracia. ¿Como casar dos placeres que a veces parecen que están en una batalla más cruenta que la de la integridad con la política? Pues engañándonos, claro, engañándonos…
**Supongo que no hace falta que os diga de dónde procede la imagen de cabecera: de cuando Meg Ryan era la vecina del quinto y no un clon apresurado de la Duquesa del Alba, Billy Crystal no vivía de rentas y Rob Reiner regalaba un cine que rozaba el cielo con la punta de los dedos.
Momentos críticos de carrera: los primeros metros
Como una mareada bola de pinball a punto de sacar bonus, cualquier inconsciente que se acerca a comprar unos calcetines a un centro comercial el día que se inaugura la época de rebajas o el concursante que intenta sobrevivir torpemente en Humor Amarillo. Así se encuentra un corredor en el momento que comienza el asalto a la conquista de su particular sueño deportivo si lo intenta en una carrera popular donde el organizador se enteste en hacer discurrir una manada de elefantes allí donde sólo pueden circular media docena de culebras. Más tensión que la cremallera de los vaqueros de cualquier reaggetonera. Bienvenido al fascinante mundo de la competición a nivel popular, sus tortuosos primeros compases y el sálvese quien pueda.
Publicado en La bolsa del corredor. Sigue leyendo
Segundas y catastróficas carreras
Tan importante como las primeras veces son las segundas. Y eso puede ser porque te corre prisa reparar el desaguisado (en otros ámbitos ir más rápido no es algo que tenga buena prensa) o porque intentas desesperadamente rememorar en lo posible los recuerdos de una sabrosa experiencia. Las primeras tentativas importan porque espantan los temores y te abren el camino a creer que eso que intuías que eras capaz de hacer es perfectamente factible; las segundas también porque algunos solemos transformar esa ambición en locura máxima intentando tocar con los dedos el techo de lo imposible.
Ya sea porque nuestro debut en las pruebas populares se saldó con un horror de carrera (que luego rápidamente marginamos dando publicidad sólo a los aspectos positivos) y ahora pretendemos borrar ese lánguido mal sabor de boca, o porque corrimos con tanta cautela que llegamos a cruzar la meta bailando en la punta de la lengua un “pues tampoco era para tanto”, lo más normal es que a partir de de ese momento queramos volver a repetir la experiencia para llegar o más lejos o más rápido.
Momentos críticos de carrera: Preparados, listos, ¡ya!
Todo una filosofía de vida basado en el run to be free, un trillón de páginas webs y libros que te inspiran con la idea de que correr es una válvula de escape, miles de fotos colgadas en Facebook y twitter con la vocación inequívoca de romper las cadenas que nos atan a este rutinario mundo. Y entonces aterrizas en el cajón de salida y te ves corriendo en círculos cual rebaño de ovejas antes de ser trasquiladas… Suerte que siempre hay una negra que se pone a trotar en sentido contrario para comenzar ya la transición a las carreras de obstáculos.
Publicado en La bolsa del corredor.
Momentos críticos de carrera: Preparando la salida
Pellízcate la cara, no es un sueño, después de superar infinidad de obstáculos y contratiempos llegamos al momento clave, el de empaparnos de la cultura del mundo del running, ese en el que todos los eslóganes de las marcas deportivas adquieren su verdadero sentido (que se lo digan a Woods, Armstrong y Pistorius, fervorosos seguidores del just do it; ¿quién será el próximo fichaje? ¿Poli Diaz?). Un ecosistema con sus propias reglas y un particular lenguaje, donde un empujón seguido de un “perdón” significa “apártate imbécil”, y donde un “hoy no sé cómo me responderán las piernas” se traduce en “a la más mínima te pego un hachazo”. Un momento realmente crítico que si sabemos salvarlo nos dejará en bandeja lo más fácil de la jornada… correr (quien lo diría.)
Publicado en La bolsa del corredor
Como sobrevivir a la Cursa El Corte Inglés: El nuevo reglamento
El reglamento de una carrera viene a ser el He leído y acepto las condiciones por las cuales te conviertes en el dueño de mi alma cada vez que intentas descargarte un triste emoticono: algo que a pesar de su trascendencia nos ventilamos cual despedida a la francesa. Pero es necesario dedicarle al menos cinco segundos para comprobar que al menos no hemos dado el visto bueno a que se usen nuestros huesos para hacer el caldo de la nueva y rica sopa del IKEA.
*Prometo que la semana que viene me dejo de tonterías y hablo en serio de la Cursa El Corte Inglés.
Sigue leyendo
Cómo sobrevivir a la Cursa El Corte Inglés: Principales obstáculos
*Ya que la tenemos a la vuelta de la esquina he recuperado una serie de post sobre la Cursa El Corte Inglés que en breve iré actualizando y ampliado con un par más. Mientras… viva los refritos.
Para algunos, la fiesta popular del running. Para otros, una prueba engullida por su propio éxito. Para mi, la madre de todas las yincanas.