Eh, eh, eh. Calma. Vaya histeria que llevamos encima y no toca. Bueno, sí que toca tener algo de miedo: que eso siempre es un antídoto contra el flipamiento patrocinado por las campañas publicitarias.

Y es que una maratón siempre se cuece a fuego lento, es la única manera de no caer en los típicos errores de novatillo o de veterano excesivamente confiado que nos hacen perder los papeles de buenas a primeras derretidos en el asfalto.

Aquí te paso a contar muchas de los acciones que me han llevado a ser un desastre deportivo en la Zurich Marató de Barcelona (varios de los puntos también vale para cualquier carrera que cubra la distancia de Filípedes) en el 90% de las ocasiones que me he presentado en la línea de salida. Ya son demasiados intentos y demasiadas ostias como para no acabar tomando nota para no reincidir (os cuento un secreto: al final nunca me hago caso).

Ah, aquí tengo recopilados tropecientas entradas sobre la Marató: análisis del circuito, consejos para primerizos, estrategias, vídeos y algo de humor.

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1· No hacer caso a la méteo antes de comenzar a correr…

Me paso tres meses purgando penas entre inviernos deslucidos y nubarrones para que el día D se presente este vientarraco y una jornada que tiene más de playa y mojito que de primavera triste. Vaya jodienda.

Lo sé, es una soberana putada, pero en la maratón entran en juego de forma determinante una serie de factores que no están en nuestras manos poder darles la vuelta y hay que aceptarlo y obrar en consecuencia.

¿Cómo voy a saber si la meteorología va a jugar en nuestra contra en la Marató de Barcelona? Además de estar al loro de los partes (recuerda que cuanto más cerca del día de actos, más atinan), el notar como se ha levantado la mañana nada más aterrizar en la zona de salida te servirá para saber si este año merece la pena apretar o, por nuestra salud, mejor recoger la ropa (aún recuerdo la escabechina en Paral·lel de 2014, no merece la pena)

• Si llegas a Plaça Espanya y no notas frío es que vas a pasar calor a lo largo de la mañana.
• Si notas que allí toca algo (aunque sea levemente) el viento, eso significa que en las zonas más abiertas y críticas del circuito (yo las sitúo principalmente entre el km 26 al 35) va a soplar a destajo.

La frase

«He venido a pasarlo de puta madre, no a sufrir desde el primer minuto: NO TE LA JUEGUES»

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2· … Ni a tu cuerpo durante el calentamiento

A ver, que ya sé que es un fastidio pero a veces tú te levantas con unas ganas inusitadas de comerte el mundo y tu cuerpo está de resaca. Si ese estado se certifica mientras calientas (sí, yo creo que es BÁSICO salir a calentar en una maratón: es la vuelta de reconocimiento necesaria para saber si todo está en orden y decidir entonces estrategia) es que hoy no va a ser tu día.

A ver… No voy a ser tremendista. Puedes comenzar la carrera con el plan establecido pero si ya ves desde un inicio tus piernas te dicen que hoy no toca, ser un poco más conservador te va a salvar la jornada.

La frase

«Es un maratón, llegar a la meta es ya una gran victoria»

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3· El «Pues ya me encontraré bien a medida que pasen los km»

Conozco a muy poca gente que pueda alardear de esa virtud: la de conocer tanto a su cuerpo como para adelantarse a lo que pueda pasar sencillamente teniendo en cuenta lectura que hace a sus sensaciones. Suelen ser corredores bregados en estas lides, que han besado la gloria y también se han estampado de morros.

Pero en el 90% de los casos insistir en un ritmo cuando ya de buenas a primeras se nota que se está forzando significa que te vas a quedar en breve vacío y que lo que vendrá cuando vayan pasando los km es tu versión más triste y arrastrada.

La frase

«No pasa nada. Maratones para ir a por marca las hay a patadas»

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4· Buscar desde el primer metro tu espacio en el pelotón

Que somos 17.000 (bueno, después en realidad somos unos miles menos… pero da igual: una marabunta) y son 42.195 m, ¿para qué ponerse a meter acelerones si tendremos tiempo y distancia de sobra para encontrar nuestro lugar cuando se estire el pelotón? Créeme, es un gasto de energías tan innecesario que si caes en ese error lo peor no será el no poder seguir un ritmo cuando pensabas que ya lo tenías por la mano, lo peor será la cara de tonto que se te queda al darte cuenta que por cosas minúsculas la maratón se te va al traste.

La frase

«No me seas ansias que queda un montón, tío»

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5· Empecinarte en engancharte a las liebres porque se te escapan 

Esto me pasó a mí un año que salí muy detrás de ellas (y el plan era ser una lapa desde el primer metro) y no se me ocurrió otra que hacer el cafre y acelerar el ritmo como si estuviese corriendo un medio maratón durante 5 km.

El resultado… Vale, me salió un marcón, pero porque en esa época me zampaba el mundo a trote cochinero (ahora es él quién me da de collejas); eso sí luego lamenté que tenía piernas para muchísimo más, piernas que ahora ya no tengo.

Lo ideal en estos casos es mantener durante toda la subida la distancia, y comenzar a recortar poco a poco desde Diagonal hasta Meridiana.

La frase

«Desde aquí detrás se corre más cómodo»

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6· Primeros 5 km de subida a ritmo fuerte porque vas sobrado

Justo lo anterior vale para aquí. En cuanto a desnivel, uno de los tramo más exigentes del recorrido está en los primeros 5 km (y ya verás que tampoco es gran cosa, desde la última modificación del circuito se ha suavizado bastante).

Se puede subir perfectamente al ritmo medio de carrera que tenías establecido, pero lo vas a pagar caro después porque es un cartucho que has gastado y lo echarás en falta en el último tercio de carrera. Todo lo que puedas ahorrarte, será bienvenido.

La frase

«Está en el plan perder tiempo para no sufrir al final»

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7· Cambiar de estrategia por una más ambiciosa al comenzar

Y esa flipada viene motivada porque estás en pleno subidón que ni en un concierto de Bertín Osborne en un geriátrico. Cuidado con estas sobradas porque son el puente a pegarte la gran ostia #TrueStory). Yo pequé de eso en mi primer maratón: objetivo conservador + sensación de comerme el mundo = pájara de libro en el km 30.

La frase

«No eches a perder un plan perfecto de tres meses por ser un cabeza hueca»

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8· Hacer más caso a tu GPS que a los puntos kilométricos

Circuito homologadísimo, repasado cada año, bajo el auspicio de la Federació Catalana de Atletisme y la normativa de la IAAF. Ya están pintados los puntos kilométricos en el asfalto y coinciden con los del año pasado.

Sí, ya sé que tu GPS ha pitado 20 metros antes, pero es que lo que marca tu reloj debes tomarlo sencillamente como algo orientativo y no como el acta al que todo el mundo debe atenerse. Tienen un margen de error.

¿Qué quiero decir con eso? Pues que la Marató a pesar de que cumple perfectamente con los 42,195 km siempre te saldrá a ti larga, algo normal en entornos urbanos con edificios altos donde siempre se dan problemas con la conexión del GPS si le sumas que además que es una carrera masiva donde a veces nos movemos de un lado a otro de la calzada para ir adelantando y sin trazar el circuito por la línea más corta (que es la homologada y que da fe de la distancia).

Si quieres sacarle jugo de verdad a tu reloj es mejor que recalcules tu ritmo teniendo en cuenta los carteles de puntos kilométricos y marcas que hay en el asfalto.

La frase

«Debo ir a lo que toca cuando pase el cartel, no cuando pite mi GPS»

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9· Ir apretado y no parar a descargar… 

«Es que voy a perder unos segundos vitales, a mi grupeta y toda posibilidad de hacer algo digno». Menudo drama…

Más perderás si vas con la vejiga a punto de estallar. Parece una chorrada pero ralentiza un montón el ritmo y corres siempre con una sensación de molestia mayor que tragarse la sesión de investidura. Hay lavabos en cada avituallamiento (esperemos que más para que no se vean los jardines como un fluido pipican de chorritos amarillos), sale a cuenta perder 30 segundos y volver con esa agradabilísma sensación de liberación .

Por si te sirve de ayuda: yo dejo de beber más o menos una hora antes de partir (ese trabajo de hidratarse lo tengo ya currado de los días previos) e intento acudir varias veces al lavabo durante esos 60 minutos, apurando mucho la última cita con el poliklyn ya camino del cajón de salida.

La frase

«Pierdes más con la vejiga a punto de explotar que parando a mear» 

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10· Querer recuperar el tiempo perdido de Sarrià a Gran Via

También podrías pero es mejor bajar con la sensación de que te dejas llevar, recuperarás segundos (no todos) y gastarás lo mínimo.

La frase

«No te flipes, que aún no llevas ni un cuarto de carrera»

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11· No ir adaptando el ritmo desde Gran Via a Meridiana

Del km 10 al 22 no importa tanto clavar el tiempo por km como que la media final sí que te salga a ese ritmo; eso en caso de que vayas a por una marca concreta, si el objetivo es llegar a meta lo importante es ir siempre con sensación de llevar el freno puesto y que en cualquier momento podrías meter una marcha más.

Zona bamboleante de subes (pequeños repechos en Gran Via y  Rosselló, ascenso suave pero sostenido en Passeig de Gràcia), y bajas (Sardenya, principalmente) en el que toca ir adaptando nuestra cadencia y velocidad a cada perfil.

Desde la última modificación del circuito Meridiana, que es una avenida algo monótona, se puede hacer muy larga si vas un poco pasado de ritmo ya que se la han añadido casi 3 km más, tenlo en cuenta antes de venirte arriba.

La frase

«Trata de clavar sensaciones, no ritmos»

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12· No haber tenido en cuenta todos los detalles

Ah, que ahora te escuecen las ingles y tienes un par de churretes sanguinolento surgiendo de tus pezones… Esa vaselina/tiritas hubieran ido de coña (por suerte las hay en ciertos puntos concretos del recorrido).

Ah, que los geles te acaban de dar un puñetazo en el estómago… Había que probarlos antes (pásate a la fruta y frutos secos que se repartirán en los avituallamientos).

Ah, que te molesta la ropa y bambas… ¿Le diste la candela necesaria en su momento?

La frase

«Bastante sufrimiento te da el maratón para que tú aportes más gratuitamente»

 

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13· No hacer caso a las sensaciones en Meridiana

Meridiana es uno de los tramos que más rabia me dan: un ida y vuelta larguísimo y que te lleva al geográficamente punto más lejano de la meta de la Marató. En un maratón de las normales (o sea, que no me he quedado descolgado ya a las primeras de cambio) noto si he llegado aquí silbando y estoy para jugármela insistiendo con ese ritmo o comienzo a notar que voy justo de fuerzas y me mantengo más por pundonor.

Si a ese ritmo preestablecido vas ya con la sensación de que estás compitiendo fuerte (vamos, sin fluidez) más que disfrutando de un entreno rápido, eso es un vaticinio de que más adelante seguramente no vas a poder aguantar. En esa situación lo que va bien es dar un paso atrás, ralentizando un poco el ritmo hasta encontrar mejores sensaciones y fluidez; no harás la marca prevista pero seguro que te saldrá un crono mucho mejor que seguir erre que erre con el Plan A (pájara al canto).

La frase

«Vale, vamos ya  justos; lo intenté, no salió, y no pasa nada. Busca tu ritmo si no quieres agonizar»

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14· Pasar la media maratón con minutos de adelanto a lo previsto

A no ser que tu objetivo fuese muy conservador está claro que te has flipado con el ritmo, fruto de notarte fresco (ese trabajo previo lo hiciste de coña, te felicito) pero no se adecua a la realidad: por perfil la primera parte de la Marató de Barcelona es más exigente que la segunda. Deberías llegar con el tiempo más o menos clavado, segundos arriba o abajo.

La chorrifrase

«Por mucho que rasque ahora lo importante es que al final pueda seguir dando candela»

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15· No tener en cuenta el viento

A  lo pecho lobo y sin ceder un paso: ¿a mí tú, Eolo de los cojones, me vas a decir cómo debo correr? Pues sí, el muy cabrito es el mayordomo del hombre del mazo: te abre la puerta para servirte tu cabeza en bandeja.

Si te obsesionas por mantener el ritmo sin tener en cuenta este factor acabarás agotadísimo a las primeras de cambio.

Y aquí ya lo notaremos en el tramo de Gran Via en Sant Martí (km 23,5 a 24,5) y luego ya muy al final en Passeig Colom (km 38), pero donde va afectar especialmente será desde Diagonal Mar hasta Marina (km 26 al 35). Un tramo crítico de carrera. Así que:

1. No te fíes de que el perfil de la carrera sea más o menos  favorable (se acabaron los tramos de subida constante) para marcar tu ritmo sino más bien en qué dirección está entrando el viento para ir modulándolo.
2. Intenta buscar abrigo con otro compañeros para que no os azote tan fuerte.

La frase

«No te empecines, si sopla el viento hay que adaptar el ritmo»

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16· Darte de baja en el Litoral porque aún queda un mundo

Estamos aún a un mundo de la meta, el calor puede comenzar a afectar y en lugar de piernas parece que arrastremos dos vigas de cemento armado y encima se aleja tu gran objetivo.

Eh! que es lo más normal del mundo, si estuviera chupado no sería una maratón. En estos casos tener a punto ese Plan B de llegar a meta con dignidad va a ser tu mejor aliado. Eso y que todo lo bonito comienza tras superar este tramo.

Piensa que no estás solo, el 90% de los compañeros que corren a tu alrededor estarán sufriendo las mismas sensaciones.

La frase

«Aquí tocaba sufrir, un maratón es esto. Si lo supero, todo lo bueno está por llegar»

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17· Abandonar en Arc de Triomf porque no se acaba nunca

Es el último tramo crítico. Aquí hay que tirar sobre todo de cabeza y ser conscientes de cuánto nos hemos sacrificado para llegar aquí, de quererse un poco y valorar todo el esfuerzo previo: lo que queda es solo la guinda. Llegar a Pl. Catalunya es dar por finiquitada la Marató

La frase

«Si llego al final de la recta la marató es mía»

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18· Intentar recortar diferencias de Pl. Catalunya a Paral·lel

Por mucho que te esfuerces, si ya perdiste tiempo es que no ibas fino y eso que ganes lo vas a perder con estrépito en Paral·lel. Aquí va mejor dejarse llevar y mantener el ritmo o, sencillamente, darse un respiro para tomar aire y avituallarse bien.

La frase

«Vamos a darnos un respiro y a disfrutar del ambientazo»

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19· La última subida, a muerte desde el principio

Ya lo conté en una entrada anterior: hay que ser conscientes (aunque a esas horas, entre la adrenalina y que estamos hechos sopa, el cerebro no da para más que para ver telefilmes de Antena 3) de en qué estado físico, anímico y competititvo llegamos a la base del Paral·lel para desde ahí decidir qué plan seguir.

La Marató es nuestra con simplemente controlar nuestros arrojos, no la caguemos por rascar un par de segundos imposibles yendo a tope y acabando echando la pota en la parte final. Ahora, con el circuito actual, el Paral·lel solo aparece al principio (muy facilito) y al final (ahí duele pero son pocos metros) y realmente podríamos decir que la subida comienza de verdad en Ronda Sant Pau (km 40).

La estrategia cambiará si vas a por marca o satisface ya finalizarla pero en ambos casos hay que saber regular y no cebarse al principio porque se puede hacer muy largo.

Este tramo sirve para certificar una magnífica carrera a aquéllos que llegaron aquí de forma impoluta, o para darse un merecidísimo baño de masas popular gracias a los ánimos de la gente que se agolpa en los aledaños.. Quédate con el mejor recuerdo que puedas. No con la agonía…

La frase

«Paral·lel y Sant Antoni es un suplicio pero es MI suplicio y yo decido cómo quiero vivirlo»

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20· No disfrutar de la recta de meta

Son 200 metros espectaculares y seguro que tienes una visión de tal y como te gustaría que fuera: abrazarte con tus compañeros de grupeta, llevar de la mano a tu crío, rascar ese segundo que te da una curradísima MMP, enfervorizar a los aficionados reclamando ánimos…

Ganar el pique con el chupón de al lado solo es una satisfacción algo que te durará 10 minutos, lo que importa es saborear el momento para que se te quede clavado en la retina (y no pares de dar la brasa con ello).

La frase

«Esto es lo que recordaré para siempre, vamos a disfrutarlo»

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EXTRA/ Marató completa: pásate a animar al resto de corredores

Este deporte tiene algo que mola mucho: empatizas muy fácilmente con el resto de colegas con los que vas arrastrando los pies por la calzada.

Ya puedes ir a ritmo de 2h30′ o intentando que no te pille el coche escoba intentando no sobrepasar las 6 horas de límite que la dedicación, sacrificio y esfuerzo con el que han acudido allí el 99% de los corredores (siempre existirá el 1% del no hay huevos) es algo común vayas a llegar el primero o el último.

Justo por esa empatía y porque sabemos que unas palmas, un grito con el nombre que indica el dorsal o un ya lo tienes, company, a nosotros nos ha dado la vida en los momentos más críticos, pasarse por el último km del recorrido a animar al resto de compañeros (antes, por supuesto, recupera bien, que te has metido un buen tute) es una forma de agradecer esos gestos, de mantener ese espíritu vivo y de vivir la maratón con el corazón en un puño.

Cuidado que estoy rozando la ñoñez Wonderful… Suerte que eso solo se cura con birras, Mad Max y robando wifi a tu vecino.

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Blogmaldito és un blog amb filosofia ‘Non Profit’. Què vol dir això? Que tinc com a principi que tots els continguts són vostres a condició que no feu un ús comercial i interessat d’ells. El que faig ho faig com a hobby i des d’una perspectiva de corredor popular per a la resta de corredors i amics que em trobo a les curses. Just per això, ni puc ni vull guanyar diners amb el córrer. No accepto invitacions, ni regals. No estic en venda. Per a mi ja és un regal que us molesteu en treure una mica de temps en llegir-me, en dir la vostra i parlar d’aquesta bogeria de flipats fent la cabra pels carrers i les muntanyes.

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