El año pasado catábamos la versión corta (que es un decir: 28 kilometrazos con sus 1.800 m de desnivel positivo, eso no es moco de pavo) y salimos encantados. Así que a un tonto motivado como el que escribe esta reseña no le quedaba otra que liarse la manta a la cabeza con la prueba reina del Ultra Trail Catllaràs, la versión de 55 km y sus 4.000 m de agonizante desnivel positivo. El doble de duro, el doble de satisfechos. Tanto, que  amenazo hasta con crónica personal (aquí tenéis la primera parte y también la segunda parte) para alérgicos al gluten y amantes de la épica barata.

– Lugar: La Pobla de Lillet (El Berguedà).

– Fecha: 25 de julio (6.00, Ultra y 8.00, Trail).

– Participación: 1.047 corredores inscritos (475 cruzando la meta en el Trail y más de 325 en la Ultra).

– Tipo: Trail.

– Precio: 35 euros (Trail)  y 60 euros (Ultra).

– Distancia: 27 km y 1.800 D+ (Trail), y 55 km y 4.000 D+ (Ultra trail).

– Servicios: Guardarropas, fisio, zona de acampada, piscina, avituallamiento líquido y sólido antes, durante y tras la carrera (agua, isotónica, refresco, cerveza, pasta, embutido, dulces, snacks, fruta, bocadillo).

– Circuito: Tremendamente exigente y técnico, predominando el corriol y los senderos sobre la pista y el asfalto. Mucha vegetación que permite transitar por zonas sombrías aunque no se salva de los efectos del calor veraniego a medida que van pasando las horas.

– Obsequio: Camiseta técnica* + camiseta de finisher.

– Clasificaciones: Trail (aquí) y Ultra (aquí).

*Que apoquinas con tu inscripción.

FOTOS DEL TRAIL CATLLARÀS

COSAS QUE ESTÁN BIEN

– Si el circuito del Trail molaba el de la Ultra ya es el delirio. Ya no es solo agradecer el descubrirnos una zona, la del Catllaràs, que siempre ha estado ensombrecida por su vecina, la más mediática e igual de espectacular del Parc Natural del Cadí, sino que se exprima a conciencia para sacarle el jugo con un circuito en el que se te obliga a dar lo mejor de ti (vas a sufrir como nunca) para que te de lo mejor de ella (unas vistas, escenarios y parajes sencillamente espectaculares).

La Pobla de Lillet tiene el encanto virginal de lo que aún no ha sido realmente explotado (neoruralismo sostenible y poco más); la subida por Falgars, con los primeros rayos de sol colándose entre la maleza, certifica que no hay mejor manera de desayunar amaneceres que yendo a buscarlos directamente; el salto de agua de Malanyeu aúna ese punto de postureo que tan bien queda en las crónicas; el conato de km vertical agónico del terrible Sobrepuny te recuerda que esto va muy en serio y que la recompensa lo es aún más; y la bajada al Refugi Arderico deja postales que rozan el síndrome de Stendhal.

El circuito es un desbarre en el que hay momentos que te preguntarás si vale la pena todo este sufrimiento… y al final acabarás asintiendo. Porque sí, porque vinimos a apostar fuerte y la recompensa es demasiado grande como para dejarla a medio camino. Al final todo se acaba entendiendo cuando te chivan que el artista que está detrás de su diseño es un miembro de los Koala’s Team. Ahí ya comienza a cuadrar todo: se entiende entonces que sea duro, se entiende que sea bonito, se entiende que esté trazado con mimo… Y quizá también se entiende que en el último avituallamiento hubiese cervezas.

El único pero: los atascos en los primeros kilómetros (luego lo comento).

– Señalización excelente.  Para mí, una labor intachable. Cintas colgadas cada muy pocos metros (muy útil poder divisar varias de golpe en las subidas porque así ya vas calculando el porcentaje e interiorizando lo mal que lo vas a pasar en unos instantes) y en el suelo para señalar las vías cortadas, carteles indicando la dirección a seguir y tiza en el suelo en las zonas asfaltadas que te guían a la siguiente zona montañosa. No recuerdo encontrarme a gente de la organización durante el trayecto más allá de las zonas de avituallamiento pero es que realmente creo que no hacía ninguna falta. Si tomamos como vara de medir a mi mismo y mis continuos despistes resulta que solo tuve algún momento de duda resuelto dando unos pasos más y una vez que me desvié porque estaba empanado mirando a las vacas (suerte que me avisaron). Estupendo.

– Organización.  Los que ya hemos participado en alguna de las Mision X3 más o menos no nos viene de nuevo y diría que es un sentir bastante general (al menos con la gente que me ha ido dejando sus impresiones): son pruebas que cuestan un dinero (sobre todo en la versión Trail, si rascas seguro que encuentras de más baratas) pero se les nota que hay dedicación y bastante profesionalidad detrás; algún detalle a mejorar pero, en general, todo a un nivel más que notable, y ya en la tercera edición se nota que todo está muy rodado y pulido.

La recogida del dorsal es ordenada y eficiente, siempre tienes algo de pica pica antes y después de correr (se agradece muchísimo), el briefing de la Ultra fue realmente útil y didáctico (e invitar a Pau Bartolo, ganador de la 2014, para dar algunos consejos ayudó en ello), el trabajo de los voluntarios es abnegado y creo que se nota que se lo están pasando casi tan bien como nosotros, el que tengas acceso a la piscina municipal es algo que se agradece (lo difícil luego es salir de allí con las piernas que llevamos), los avituallamientos están muy bien servidos (luego comento alguna queja que me ha llegado), cumplen sobradamente con los servicios, y además se esmeran en diseñar un circuito divertido y cañero para los más pequeños por dentro de La Pobla.

– El cambio de ubicación de la zona de llegada.  Mira que la del año pasado era curiosa y bonita (un pequeño parque justo tras cruzar el puente de piedra donde cuelga la megaestelada), pero es que la idea de  hacerlo pasar justo por delante de las terrazas de los dos bares más concurridos de La Pobla ha hecho que gane un montón en animación. Entre los vecinos asiduos a esos bares, los corredores que luego se apuntan a la charleta técnica hidratante y los que aprovechan para hacer la birra mientras esperan que vayan llegando los colegas a meta, todo potenciado con las arengas y música que se va pinchando desde la megafonía, convierten la llegada de los participantes en uno de los momentos más sentidos y disfrutables de toda la jornada. Un acierto total. Ah, y no me quiero olvidar del detalle de recibir a los últimos de la Ultra con la misma parafernalia que con los ganadores de la prueba.

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A MEJORAR

– Pequeños detalles.

– El que haya carteles kilométricos va genial para controlar las distancias, y también para no liarse con el GPS (algunos compañeros de aventura me comentaron luego que les había dado hasta 5 km de más pero en este punto realmente yo no puedo aportar mucha información: es Wikiloc vs GPS y ahí realmente no tengo elementos técnicos suficientes para indicar cuál de los dos lleva la razón), pero eché en falta (si no me los salté, juraría que no) los últimos del 45 y 50 (también los primeros, pero ahí todavía vas medio fresco). Y ya si se coloca algún cartel para indicar la cercanía de los avituallamientos, esa alegría que le das a los que llegamos con las reservas bajo mínimos.

– Quizá falte algún cartel más que indique donde está el pabellón en el que se recoge el dorsal y se deja la mochila, dónde están las duchas, el briefing y también los servicios sanitarios que hiciesen de apoyo a las voluntarias que estaban dedicadas a resolver las dudas de los participantes.

– Del avituallamiento me ha llegado quejas (matizo para que se me entienda bien: es un «ya estaría genial sí…» que un «menuda mierda») acerca de que la pasta estaba algo insípida y el arroz frío (yo es que soy de tomar la pasta en carrera así, me la traigo cocinada de casa y sin calentar). Es cierto que entraba mucho mejor los bocatas que la pasta a palo seco (supongo, no es lo mismo cocinar para 5 que para 500; no me vale el ejemplo de Bullis y semejantes: ellos cocinan cinco raciones y lo reparten entre 500 a precio de putiferio con tarjetas black) pero con la salsa de tomate se resolvía perfectamente, al menos yo lo hice así. También me han comentado que la calidad y/o sabor del agua que se repartió durante la competición produjo en algunos casos problemas estomacales, esto sí que es importante revisarlo ya que en carrera es de primera necesidad. Por lo demás, lo único que hubiese añadido al avituallamiento de la Nou de Berguedà son las rebanadas de pa amb tomaquet y embutido (lo había pero sin pan) que nos encontramos en Sant Romà de la Clusa (km 37) y que estaban de lujo. Un reanimador total, que cosa más rica.

– Atasco en los primeros km del Trail. Pues eso, que me cuentan que hubo apelotonamiento en los primeros kilómetros de la versión corta y también algo pero no tan exagerado en la larga. Al concentrarse casi un 30% más de participantes que en en la Ultra y que ya los primeros senderos llegan pronto (a pesar de hacer una vuelta de rodeo no creo que haya desde la salida más de un km) puede ocasionar que no se pueda tener vía libre hasta que comienzas a pisar zona más ancha. Una vuelta por el pueblo nada más partir que dilate la llegada de las estrecheces como se intenta en la Neorural o Cinc Cims, con más o menos éxito, quizá pueda ayudar a un flujo constante y sin más parones que los habituales en cualquier recorrido trailero.

– Ojalá las duchas estuvieran más cerca. Pero, qué le vamos a hacer, es la logística que tiene el pueblo, el único emplazamiento donde hay duchas habilitadas para los corredores está rozando en la zona del campo de fútbol y eso significa cuestas y escaleras, que tras un palizón de montaña se convierte en un pequeño Tourmalet con las piernas de Indurain (las de Prudencio, por supuesto). Mi esperanza es que el pabellón a medio construir donde se reparte el dorsal las albergue algún día.

Y eso me recuerda que con el éxito que la prueba está teniendo y el número de personas que se acercan a La Pobla de Lillet, quizá sea necesario comenzar a trazar un plan que permita ampliar las plazas de alojamiento ante el déficit existente.

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PREGUNTAS POPULARES / RESPUESTAS IMPOPULARES

Soy un principiante ¿es una carrera apta para mi?

No, no y…  Bueno, si a la tercera ya has acumulado bastantes salidas montañeras en tus piernas que incluyan corriols duros y técnicos y que incluyan algunas competiciones de 20-25 km, entonces creo que estás a punto para asaltar la prueba corta, el trail. Aunque sean 28 km, son muy exigentes, siempre has de tenerlo en cuenta. De la Ultra ya ni hablamos, es harina de otro costal.

¿Es exagerado que exijan cargar con un litro de líquido a cuestas?

Vas a ir hasta justo. Si ya en esta edición, en la que no ha hecho tanto calor como en las precedentes, yo con dos botellas de 600 he llegado a algún avituallamiento sin una gota, ni te cuento cuando aprieta el calor. Cuenta que con los desniveles que vamos a acometer nos vamos a pasar mucho más tiempo del que pensamos en carrera. Nunca está de más.

RELACIÓN CALIDAD/PRECIO*: 7,5

MI NOTA*: 8,5

*POR SUPUESTO, SUBJETIVA A MÁS NO PODER Y VARIANDO SEGÚN LA OPINIÓN DE TODOS VOSOTROS.

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FOTOS ULTRA TRAIL CATLLARÀS