Catálogo de excusas para una San Silvestre

SAN SILVESTRE EXCUSAS

*Imagen creada gracias a la ayuda de WallPapersOnly,  Freepik from www.flaticon.com is licensed by CC BY 3.0 y Pixabay.

El estrés, el caos y los berrinches infantiles de los centros comerciales. Las listas musicales llenas de trolls y talifanes. Los puñeteros remixes makineros de villancicos que te persiguen allá donde vayas. Ese ‘amigo’ que insiste una y otra vez con el sobadísimo ¿chiste? de «nos vemos  dentro de un año» (Doctrina Parot, no merece menos).

Los refritos de noticias de ‘el año fue esto’ que te tratan como si fueras un amnésico retrasado. Esa familia lejana que te viene a visitar y no hay manera educada de esquivarla. El «calla coño,  que me descuentas» mientras te sumerges en estériles debates sobre si  las uvas deben ser de bote o de racimo o si se nota o no la diferencia entre el marisco fresco y el congelado.

El puñetero traje hortera de nochevieja que no entra ni con palanca. El previsible y etílico desenlace en el que acabas por liarte con la décimosexta persona de tu lista de prioridades (que justamente tenías marcada en rojo con un «con est@ NUNCA»). La de promesas que dejaremos de atender nada más pisemos el sórdido mundo de la vida real con un despertador taladrando tus sueños por enésima vez… Síntomas inequívocos de que estamos mandando, por fin, a tomar por culo a otro año más.

Es por eso que resulta de lo más lógico que al final miles de afectados por este tipo de atentados contra los derechos humanos decidan huir organizadamente en cualquier San Silvestre que se dispute en algún punto de la península.  De las archifamosas Cursa dels Nassos  o la San Silvestre Vallecana a otras igual de lúdicas que se celebran por toda la faz mundial, cientos de actos de atletismo popular para acabar un año con un mejor sabor de boca que el que nos ha dejado un 2014 que recordaremos porque se abortaron todos los planes de tener una vida medio digna. Un drama. Pero, ojo, esta fórmula para derrotar el hartazgo social (ai, si toda esa gente se echase a la calle con el mismo ímpetu otro gallo cantaría), de huir hacía adelante y de compensar un annus horribilis con una buena marca se puede acabar volviendo en nuestra contra.Todos los retos que se dejan para última hora suelen llevar marcado a fuego en la frente la palabra fracaso. He aquí un catálogo de excusas que al menos enmascararán nuestro patinazo durante esas pocas horas en que aún mantenemos la lucidez, el decoro y la dignidad, esas que se finiquitan con el descorchado de la primera botella de cava.

La comida de Navidad me ha pasado factura

La excusa más manida pero también una de las más coherentes. Se puede decir «NO» a muchas cosas pero jamás, JAMÁS, se puede rechazar la comida que una madre ha preparado con esmero, amor y sufrimiento para los días de Navidad. Eso sería de una crueldad sólo comparable a hacer un grafiti con la cara de Mahoma en el muro de las lamentaciones. Las marcas son efímeras, el cariño de tu madre es eterno por muy calórico que sea el convite y por muchos quilos y nuevas agarraderas te comiencen a aparecer alrededor de tu ombligo.

Nivel de credibilidad: 9/10

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Me puse tanta ropa que al final parecía que corría en Kenia

Y eso sucede porque cometemos el error de usar como baremo el frío que hace cuando estamos quietos. La mejor manera de acertar con las capas que necesitamos de tela extra está en correr y estirar un rato antes de empezar la carrera y notar si nos sobra o nos falta algo de abrigo. Yo abogo con empezar con un poco de frío, porque es dar cuatro pasos acelerados y entrar en calor. Caso a parte son aquellos que se toman este tipo de pruebas como una pasarela fashion donde mostrar sus últimas adquisiciones de temporada; ahí hay poco que decir, encuentro lógico que uno tenga que chulear por los 200 lereles que le han clavado por un trozo de plástico agujereado (eso sí, con un logo bien grande y bonito).

Nivel de credibilidad: 7/10

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Los nervios por los preparativos de fin de año me condicionaron

Vale, es cierto que a la hora que se celebran la mayoría de las san silvestres nos pilla con el estrés de tenerlo todo a punto para el no-se-sa-be-por-qué trascendental cambio de calendario.  Lo ideal sería que por una vez rompiéramos con esa tradición tan nuestra de dejarlo todo para última hora y cumplir con esos plazos que a un mes vista nos parecieron totalmente coherentes. Pero eso es una entelequia. Está demostrado que el ser humano sólo acomete sus objetivos con previsión cuando hay sexo, dinero o cadáveres de por medio, también cuando está enfrascado en cualquier actividad que ha transmutado de hobby a vicio malsano (como salir a correr). Tenerlo todo preparado con días de antelación (a excepción, claro, de la comida; tampoco es cuestión de jugar con el estómago de nuestros invitados) nos ayudará a estar mucho más tranquilos y centrar todos nuestros sentidos en batir esa dichosa marca.

Nivel de credibilidad: 6/10

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El almuerzo me ha sentado como una patada en el estómago

Y no es una cuestión baladí. Si uno acostumbra a correr por las mañanas o por las noches, las salidas de tarde le pueden dejar fuera de juego por el simple motivo de no haberse alimentado correctamente. Mi recomendación es que varíes poco o nada tus hábitos alimenticios. La energía no se gana en un día sino durante toda la semana previa a la carrera. Come a la hora que te toca y pica antes de que suene el hormigueo del hambre. Un consejo es que si no estás habituado a correr a las horas que se disputan este tipo de carreras, prueba semanas antes con alguna salida para saber como reacciona tu cuerpo y actuar en consecuencia. El hombre de mazo siempre merodea amenazante cada vez que a un descerebrado se le ocurre hacer un hueco en su estómago para los langostinos de la cena de fin de año.

Nivel de credibilidad: 6/10

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Era la última del año y me puse demasiada presión

Las san silvestres suelen ser por norma general carreras rápidas. Es por eso que vamos como locos a apuntarnos. Hay excepciones (la vallecana tiene un final ciertamente jodido), pero se procura disputar en circuitos llanos y sin demasiadas complicaciones que permiten a uno volver a casa lo suficientemente entero para que pueda dejar el camino del deporte y tomar con orgullo el sendero de la perdición y la mala vida que llega tras las uvas. Si a eso le añadimos que nos tragamos a pies juntillas lo de que estamos en una época especial donde los sueños se pueden hacer realidad, luego pasa lo que pasa… Objetivos razonables, chic@s. Si durante todo el año no te has acercado ni de lejos a tus mejores registros no esperes que el milagro de la Navidad se materialice en una marca estratosférica. Papá Noel no congenia con el mundo del running, sólo hay que ver lo orondo que luce.

Nivel de credibilidad: 6/10

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Con tanta gente, imposible correr

Si la prueba está bien organizada ese no debería ser un problema pero es totalmente cierto que se corre mucho más cómodo cuando menos gente aparece por alrededor dando la murga (NOTA: que puede ser que los que estorbemos seamos nosotros, piénsalo antes de ponerte a gritar como un sargento chusquero). Hay una diferencia sensible entre pasear por un IKEA el sábado siguiente tras recibir el catálogo de la nueva temporada que por la sección de casetes de polca de cualquier tienda de discos en pleno 2012. Eso es así de simple y claro. Con unas barquetas bien distribuidas que no den la sensación de aborregamiento, varias salidas distanciadas en el tiempo y recorridos anchos capaces de asimilar el gentío que se presenta a hacer sus pinitos en el mundo del running, debería ser suficiente para que uno pudiera correr con relativa tranquilidad. Pero si una prueba no cumple ninguna de estas tres directrices entonces puedes agarrarte a esta excusa barata como si te fuera la vida en ello.

Nivel de credibilidad: 5/10

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Es que hace un frío que pela

Lo siento, pero en este caso esto no te vale como excusa a no ser que corras con -10ºC . Las mejores marcas suelen hacerse con temperaturas suaves tirando a bajas. Contando que estamos en medio de un cambio climático que ha hecho del invierno aguachirri y de los muñecos de nieve un concepto de ciencia ficción situado en la misma estantería que Alf o el éxito de Pablo Alborán, ir soltando este tipo de argumentos lo único que va a conseguir es que se nos rían en la cara.

Nivel de credibilidad: 2/10

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Me han faltado días de entrenamiento

Esta frase así, suelta, sin un contexto que le de algo de propiedad, queda tó reshulona, ya que puede dar a entender que: a) eres una persona de éxito superocupadísima (también un matao que debe hacer el doble de horas para cuadrar las cuentas), o b) estás saliendo de una lesión que un poco más y rompe tu carrera deportiva, la felicidad de tus congéneres y la paz mundial. No abro el melón de la sabiduría si digo que da más pereza salir a entrenar que salir a competir, pero me juego mi colección de roscos académicos que en el 90% de los casos el motivo principal por el que uno no ha entrenado es por ese vagueo culpable de mantita y telefilme. Que si hacía frío (vuelve a repasarte la excusa anterior), que si hoy tocaba tuitear sobre el nuevo programa de Chicote, que si con el almuerzo te ha entrado la modorra. Desde el «Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades» no había escuchado una frase tan falsa, irritante y cómica como «Mañana me pongo en serio».

Nivel de credibilidad: 2/10

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En definitiva, esh una fiesssta

Para que lo vamos a negar, las san silvestres son pruebas en la que a veces vence lo festivo a lo competitivo. No alcanza el despiporre anárquico de una Cursa El Corte Inglés pero mucha gente empapada (algunos literalmente borrachos) de espíritu navideño se toman la carrera más como un ensayo para lo que se avecina unas horas más tarde que otra cosa. Pero ojo, esta excusa solo te valdrá si no les has contado a nadie tus objetivos de carrera. ¡Ah! Y es incompatible también con según que cara de desencajado cruces la meta. Y aún menos con salir a tope desde el km 1!

Nivel de credibilidad: 1/10

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EXTRA: EXCUSAS ‘A ver si cuela’

Es una 10k mal medida, mi GPS indica que es 65 cm más larga.

Fui a hacer de liebre de otro compañero que casualmente tú no conoces y que por causas que desconozco no sale en el registro de inscritos de la carrera.

Me lo tomé como un entrenamiento; mi objetivo está en la próxima carrera (también conocida como «hoy no se fía, mañana sí»).

Fui a probar las bambas y, sí, cuando llevas unos km comienzan a molestar mucho.

Yo voy a las carreras a ligar. Es más, tengo el teléfono de una que iba de amarillo fosforito y me atendió mientras me ponía la sonda en la UVI Móvil camino del hospital.

A última hora pensé que me motivaría más que éste sea uno de mis propósitos para el nuevo año. ________________________________________________________

9 comentarios en “Catálogo de excusas para una San Silvestre

    • Buenas Fernando, por supuesto que tienes vía libre para hacer lo que quieras con cualquiera de los textos que voy colgando por aquí. Muchas gracias por seguirme y suerte con vuestra sansi!

  1. Muy buena esta entrada. Eso de unir humor y running es algo que también yo persigo en mi blog (paraecharseacorrer.blogspot.com)… pero mis resultados no son tan halagüeños como los tuyos.
    Un saludo

    • Gracias, es lo que buscamos, matar el tiempo con las cuatro tonterias de un deporte que en ocasiones se toma demasiado en serio. Salud!

  2. Pingback: Consejos express para la Cursa dels Nassos | David y el blog maldito

  3. Pingback: Consejos exprés para la Cursa dels Nassos | Blogmaldito Running Pub

  4. Yo el año pasado intenté hacer marca en la San Silvestre de Sant Cugat…me quedé a 1 minuto de mi MMP…y cuándo nos reunimos todos los del grupito, las excusas me las ponían ellos por mi: que «no habían cajones», «mucha gente no preparada», «circuito muy revirado», «es una hora para correr poco usual»…y yo diciendo: «¡QUE NO! ¡FRACASO Y PUNTO!»
    Desde entonces sólo he corrido un 10000 en asfalto (y también me estrellé). ¿Lo lograré el último día del año? Una pista: hace un mes y medio que no hago series, he subido el kilometraje con tiradas de 20-24-28K los fines de semana y los senderos vuelven a ser mi hábitat natural…

    • Yo también en mi primer intento de hacer marca en una San Silvestre y desde entonces cambié el chip: el 31 es el día que debo acompañar a otros que comienzan a probar las mieles de las carreras populares. Una retirada a tiempo…

      Salud Zuñiga.

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