Hay un terror básico en el maratón en forma de enemigo invisible: el muro. Esa pájara monumental (con base fisiológica) que muchos reciben como un sopapo al ambicionar mucho más de lo que podían acaparar. No es que haya un remedio infalible contra él pero sí unas pautas que te pueden servir para intentar esquivarlo o, si te has estampado de pleno, lidiarlo de la mejor manera posible. El muro no existe, son los padres.

ANTES (vamos a intentar evitarlo)

1- Llega con una buena base

Es de perogrullo, pero llegar  a un maratón con un deficiente entrenamiento y aún más sino es específico de la prueba es invitar al señor del mazo a que te visite desde la misma línea de salida.

2- Por muy bien que vayas, a rajatabla con el plan establecido

Las sensaciones serán buenas, tanto que a veces nos da por ambicionar más de lo que teníamos preparado (y eso se aprende a base de mucho ensayo/error en infinitos conatos de carrera). Echa el freno de mano que todo ese ímpetu te será necesario en el último tercio de carrera.

3- Modifica el plan si obligan las circunstancias adversas 

Te has levantado con el estómago girado, con malas sensaciones… Un día excesivamente caluroso, viento de cara. El plan se modifica siempre que las sensaciones no sean óptimas.

4- No falles en los avituallamientos

Piensa siempre que un avituallamiento no es para saciar las necesidades de ese mismo instante sino mirando a 5 km vista, por eso todo lo que vayas recabando te vendrá de perlas para los momentos que pudiésemos sufrir un bajón.

5- El recorrido ha de estar totalmente memorizado

Saber prever donde están situados los tramos más duros y aquellos más favorables nos servirá para regular el esfuerzo y adaptar nuestro ritmo siempre con la mente en aquello que está por venir.

6- Ten un plan B preparado

Y este no es para conseguir el mismo objetivo que tenías pensado en un principio pero con diferentes métodos, sino más bien la de fijarse una meta menos ambiciosa pero factible si acude en nuestra busca y captura el hombre de mazo. Cuanto menos tengamos que improvisar (improvisar = pensar = más consumo de oxígeno = pasarlo fatal) mejor.

Dejo este comentario de Dani Pons (no podía explicarlo mejor) como perfecto resumen.

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DURANTE (si atiza, a resolverlo)

Vale, no has hecho ni puñetero caso a ninguna de los consejos anteriores y el muro te ha bloqueado totalmente el paso, pero aún puedes arreglarlo.

1- Ólvidate del objetivo principal 

Escúchame: Ya es IMPOSIBLE. Lo mejor que puedes hacer ahora es olvidarte de ello y comenzar a chequear tu cuerpo para saber como minimizar los daños.

2- Comienza a tirar del Plan B

Baja el ritmo hasta encontrar uno lo suficientemente cómodo que te permita poco a poco volver a pillar un paso que no te requiera vivir en la agonía (no pasa nada si toca ponerse a andar un instante o parar para recuperar el oremus).

3- Hidrátate

Beber agua y comer un poco para progresivamente ir pillando color y volver a la normalidad. Siempre funciona.

4- Comenta que vas mal

Ya sea por vergüenza, orgullo o timidez muchos corredores prefieren llevar la procesión por dentro que hacer público que está pasando un mal rato. Yo creo que viene genial comentar que vas mal (tampoco te excedas en el discurso, hablar también es un gasto energético y en este mundillo se abusa) para que veas que la respuesta de la gente no dista mucho de tu comentario. En este punto todos vamos mal, la empatía en el sufrimiento es siempre un acicate para continuar.

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DESPUÉS (no reincidir en el error)

Si la cosa funciona comenzarás de nuevo a recuperar el resuello y correr, eso sí a un ritmo inferior del que tenías previsto, las pájaras pasan factura física, lo siento, es así.

1- No te envalentones

Como mucho déjalo para cuando realmente estés recuperado del mazazo (que no es lo mismo que en plenas facultades)  y sepas que ya la meta no se te escapa. Y siempre interiorizando que ese ritmo que antes podías mantener durante un largo rato ahora no alcanza ni mucho menos lo que te gustaría. Hay que saber calcular.

2- Interioriza que toca sufrir pero…

…más por que en este punto de la carrera es lo que le toca a todos los corredores que al terrible ataque del hombre del mazo. No eches la culpa de la mayoría de tus males a tu forma díscola de afrontar una carrera, un maratón es, guste o no, un buen puñado de sufrimiento.

*Imagen de portada gracias Wallpaper-kid