¿Una carrera popular en mi barrio? No, gracias*

CARRERA POPULAR NO GRACIAS

Como molaba y molabas cuando tenías una carrera popular en tu barrio y venían de otras zonas de la ciudad a correrla. La mostrabas orgulloso aunque no tuvieras que ver en su organización porque al fin y al cabo quien la estaba montando era gente con la que has hecho vida desde tiempos inmemoriales. Ahora algunos de esos barrios se despiertan casi cada domingo con una actividad lúdica, casi siempre deportiva y en esencia vinculada al atletismo popular, que ha convertido la excepción en una regla desnaturalizada por una simple vocación económica.

El deporte es saludable hasta que lo conviertes en un negocio que solo da satisfacción a unos pocos y martiriza a aquel que las pasa putas para salir del portal de su casa. ¿Tengo motivos para no querer que una carrera popular pase por delante de mi vivienda?

1- Son actividades invasivas

SEÑAL CARRERA POPULAR APARCAREl espacio que necesitan para desarrollarse pueden acabar sitiando todo un barrio, cerrando sus principales avenidas y apresando a cualquiera que viva allí y tuviese pensado tomar el transporte privado o público para moverse (ya ni hablemos de las dificultades para aparcar: hay que limpiar las calles para que el organizador pueda meter a más y más corredores en esa lata de sardinas). El papel de la policía local, más que el del propio ayuntamiento, aquí es fundamental para que los vecinos tengan una vía de escape. Cuando te preguntes por qué no pasa por esta calle tan emblemática piensa que quizá es la única forma para que uno que vive por ahí pueda liberarse del yugo de tu afición.

2- Trastoca los horarios de los vecinos

Aunque se procura encontrar un horario que pueda atraer al máximo de público posible sin que altere en exceso la vida vecinal, guste o no algún tipo de influencia genera en los hábitos de estos. A veces nos olvidamos que los días festivos no son exclusivos de los que se preparan para una carrera popular (oh, sorpresa, existe más vida ociosa que la vinculada al running) y que también hay una proporción de personas que su horario laboral cae en fin de semana. Hasta aquí todo en orden, se le denomina mal menor. Lástima que esta situación se repita muchos fines de semana, lo que convierte la escena en un habitual y tortuoso despertar en medio de una rave si la salida queda cerca de tu casa: entre la megafonía, el rum rum del público, los generadores eléctricos y la cada día más habitual contratación de djs para amenizar la velada te están arrastrando más a que continúes la juerga en ese pseudoafter que a pasar la resaca en paz. Si al menos la música fuera buena…

3- Genera suciedad

Los servicios de limpieza pueden ser todo lo efectivos que se quiera y actuar con la máxima celeridad pero esa tarea se retrasa y no acaba de ser del todo perfecta y pulida cuando la organización y los propios corredores no están por la labor. Ser limpio significa también no ensuciar, y si en un avituallamiento no se colocan las suficientes papeleras o se hace caso omiso de éstas y se esparce de mierda sin ningún tipo de rubor el recorrido y sus aledaños acabamos dejando un escenario que no llega a los niveles de Glastonbury por falta de tiempo. Las botellas se recogen fácilmente pero los tapones de éstas y los envases de geles no. Con la excusa burguesa de que la chacha ya vendrá a limpiarlo generamos un volumen de suciedad que nos podríamos ahorrar siendo un poco más conscientes de sus efectos, ¿tanto cuesta guardarse los desechos más pequeños en los bolsillos si no encontramos un lugar idóneo donde depositarlos? Ya vamos puercos del sudor y la moquera, no viene de ahí.

4- Pasto de actitudes incívicas

CARRERA POPULAR NO GRACIASY aunque te vendan la moto de que por ser corredor eres mejor persona (una mentira como cualquier otra fruto de la patraña publicitaria de las grandes empresas deportivas, los medios que buscan seguidores de la manera más turbia y de cualquiera que tenga como objetivo un rédito económico) la realidad es que no somos mejores que el resto, si me permitís usar el somos como si fuéramos una pandilla de outsiders con códigos de conducta propios. La superioridad moral me repatea hasta los confines de mi atribulado estómago ya que el movimiento se demuestra andando y no corriendo. Aquí bastante tiene que ver el hecho de que durante unas horas algunos organizadores y un sector de los corredores nos creamos los reyes del barrio y tengamos cierta impunidad: lo que pasa en carrera se queda en la carrera.

Un par de ejemplos: 1) en la gran mayoría de carreras populares la proporción de lavabos facilitados por la organización no es acorde con el número de corredores que se reúnen (y todos sabemos que somos de vejiga fácil). El resultado no es otro que una estampa semejante al de un pelotón fusilamiento de corredores miccionando en cualquier fachada que les de un poco de intimidad o entre los contenedores. Hedor que acompañará durante varios días a los que viven por esa zona. 2) La costumbre de no seguir el recorrido establecido (y que los organizadores no hagan nada por solucionarlo) comporta que se invada zonas exclusivas de los transeúntes generando situaciones de peligro que se podrían ahorrar fácilmente pero que casi nunca se remedia.

Que esos mismos vecinos quieran cruzar la calle también comporta momentos de tensión, las ansias por llegar al otro lado de la avenida acarrea que algunos paseantes se aventuren sin tener en cuenta que pueden ser arrollados por los corredores. Pero de ahí a llegar al insulto (suelen ser los mismos gilipollas que vociferan a los voluntarios si algo no está a su gusto, ¿has visto? somos un colectivo como cualquier otro, tenemos nuestra panda de imbéciles adosados) es una respuesta desporporcionada que solo se entiende o se quiere excusar por aquel que prefiere primar la competición a la concordia. Es cierto, la recriminación tiene su feedback, pero ¿te has preguntado si tiene una base fundamentada? Del mismo modo que algunos corredores tienen una argumentación del por qué ha llegado al insulto los que están al otro lado seguramente tengan el suyo. No todos son amargados de la vida, algunos están hasta la mismísima polla de nosotros, sobre todo cuando se repite la misma situación cada pocas semanas.

5- Nula conexión con el barrio

Y es aquí donde está el meollo de la cuestión: el volumen de carreras ha crecido tanto que las carreras de barrio vinculadas a una celebración vecinal o una fiesta mayor han quedado relegadas a lo pintoresco más que a lo normal. Ahora también son empresas privadas que se aprovechan de las virtudes turísticas o la permisividad burocrática para crear un negocio alrededor del running con cero empatía con los habitantes de esa zona más allá del titular grandilocuente y una nota de prensa que vende la belleza del entorno por una simple cuestión de marketing (tira el anzuelo, a ver si cuela).

Precios desorbitados y nada populares, una nula preocupación con las cuitas que pueda acarrear el evento entre los habitantes más allá de cumplir con los requisitos mínimos que te reclama la policía y el ayuntamiento, y  la sensación de que se está vendiendo tu barrio para que otros se forren hasta que se cansen, se larguen a otro lugar (o negocio) y solo te dejen las secuelas. Es la misma fórmula del vamos a edificar un Hotel delante del mar porque genera valor para el barrio: no te cuentan que los habitantes del barrio que se aprovechan de ello están en una zona residencial de Qatar, en la City de Londres o en las oficinas de los negocios especulativos de la ciudad.

Casi todos aceptamos una fiesta mayor en nuestras calles, una celebración escolar o el concierto masivo en la plaza de no sé quien coño es pero no para de sonar en Los 40 siempre y cuando no se eternice (al  cuarto día ya estás hasta los mismísimos, lógico), más que nada porque son actividades fruto de un movimiento social cercano y están marcadas en el calendario de forma fija. Pero cuando te van sorprendiendo de forma recurrente con el cartel del «prohibido aparcar y estacionar los días… por carrera popular» al final es normal que pesen más en la balanza las molestias que las virtudes.

Después de todo esto no nos debería extrañar que al menos a un sector pequeño pero cada vez más amplio de los que no corren (ni tienen ganas de hacerlo) no les haga ni pizca de gracia que se le monte una carrera popular delante de casa. Así que si me preguntas a mí si quiero una carrera popular en mi barrio y sabiendo que pueda parecer que caigo en una contradicción (me pirran las competiciones atléticas) te voy a contestar que… No, gracias. Pero no es un No tajante, es un simple No a cualquier precio.

 ** Gracias a Mon por el link de Glastonbury

17 comentarios en “¿Una carrera popular en mi barrio? No, gracias*

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  2. La culpa no serà que volem córrer casi cada semana ?menys curses i més quedar amb els colegues a fer una volta.

    • Doncs sí, ens hem acostumat tant a fer curses que quasi ens oblidem de sortir a córrer sense competir i tenir una mercadotecnia al costat. I al final acceptem fins i tot curses que no tenen un mínim de qualitat.

      Salut.

  3. A ver, yo no soy imparcial porque soy corredor. Pero pongamos que hacen en la ciudad una carrera ciclista que pasa por mi barrio el primer domingo de cada mes. Me acabaría tocando las pelotas porque no soy ciclista. Soy tolerante con la organización de eventos pero debe haber límites. No se puede abusar de los vecinos. Para eso se inventó el trail. alternas campo / asfalto y así no parece que abusas.

    • Yo suelo explicar una anécdota muy curiosa y es que volvía en coche para casa y tarde casi dos horas más de lo previsto (en un trayecto de 10 km) porque montaban en mi barrio un triatlón. Estaba entre la queja y aguantarme el cabreo porque yo venía de otra carrera… Así de contradictorio soy. Estoy contigo, el exceso es el problema.

      Salud.

  4. Lo poco agrada y lo mucho harta. El running esta sufriendo de sobre exposición y la agenda deportiva popular de saturacion. A este paso no solo a quien no le va ni le viene va a acabar harto de que una carrera pase por su puerta, tambien los propios corredores vamos a empacharnos.

    • Totalmente de acuerdo en que tanta carrera produce una sensación de má de lo mismo que mata ese fervor de cuando comienzas a correr. Sobre todo si todas son más de lo mismo, es lógico que como dice Sosaku haya gente que se tire al trail u otras disciplinas.

      Un saludo.

  5. Esta queja es habitual últimamente en el barrio cercano a la playa de Badalona pues a excepción de la Endimoniada que va por montaña, las otras cuatro carreras que se celebran pasan por allí: BDN Running, Maratest (dos vueltas), Cursa del Port y Cursa del Dimoni.

    Es difícil hacer un circuito atractivo para que vengan clientes…quise decir corredores, y a la vez que no altere el normal funcionamiento de los vecinos. Sí, es domingo y en principio no molesta, pero hay gente que trabaja, que necesita el vehículo porque se desplaza, etc. A esto hay que sumar que el Ajuntament u organizadores no informan lo suficiente como en Barcelona, que encuentras un papel en la puerta de casa avisando de los cortes de tráfico.

    ¿Cómo compaginar el uso y disfrute de la calle sin estorbar a los vecinos? Pues conciliando las actividades poniendo énfasis en informar adecuadamente y haciendo ver que esa actividad es beneficiosa para la ciudad (eso ya depende de la promoción que sean capaces de dar los departamentos correspondientes). También cada año sabemos que el 5 de enero por la tarde hay una cabalgata de Reyes, y en carnaval una rúa, y en Sant Jordi calles cortadas para paradas de libros y paseantes, y manifestaciones de gente que reclama cada cual lo suyo, y la rúa del equipo de fútbol que ha ganado la copa de turno, etc.

    A la gente que se queja de los cortes de la Marató y que nos «mandan» a la Zona Franca yo les respondo que esos días vienen miles de personas que pernoctan en hoteles y gastan dinero en tiendas y restaurantes, por tanto la ciudad se beneficia y solo hay que ser paciente. ¿El espíritu del 92 se ha diluido con los años y solo aparce en la «maratón del cortinglés? Parace que sí.

    Salut!

    • Muy bien explicado, Xavi,

      Creo que la principal causa de por qué algunas carreras tienen poca promoción en el vecindario es porque realmente su vinculación con el barrio/ciudad es simplemente logística: te la pueden montar ahí como 35 km más adelante. Pero aun así hay que hacer un esfuerzo con la gente que se va a ver afectada por la realización de esa carrera: sin información hay recelo, y del recelo al reproche hay un paso.

      ¿Por qué la gente sale a la calle en la Endimoniada o la Mitja de Granollers? Porque la sienten suya.

      Salud, Xavi

      • Solo hay que ver la que montan en La Garriga, todo el pueblo en la calle, megafonía al paso de los corredores y ambiente festivo. Luego corres el Maratest y a excepción del paso por meta el resto es pura ignorancia…

    • Más o menos van por ahí los tiros pero con un matiz: alguna vez quieres montar TÚ fiesta (osea, la de tu barrio) e invitar a todos a que la disfruten; sabes que luego toca recoger pero ha valido la pena. El problema es cuando vienen a montarte una fiesta en tu casa y aunque hay gente decente que intenta conciliar su disfrute con tu paz otros te dejan de herencia las secuelas. No sé si me he explcado bien (la falta de horas de sueño me están dejando el cerebro KO, jaja).

      Salud.

  6. Anécdota: Ayer me contaba un organizador de un triatlon urbano aquí que a pesar del éxito de inscripciones iba a cancelarlo porque la policía le pedía 300 voluntarios! casi uno para cada puerta de garaje y eso es inasumible. Detrás lo que hay es que la parte técnica del Ayto (no los políticos, sino los funcionarios de seguridad) están hasta los huevos de tanta carrera cuando históricamente solo cubrían en domingo las tres fiestas anuales de la ciudad.

  7. Muy bueno el post. Muy razonable. Yo soy de esos que trabajan a relevos (control de la planta de aguas de una capital) y claro, mañanas_tarde_noche, domingo o 31 de diciembre. Y claro, soy de los que duermen un domingo por la mañana (casualidad, este finde estoy de turno de noche 🙂 ). Y claro, imagino que en ciertas ciudades puede ocurrir que tengas una carrera en tu barrio cada mes, y eso es una burrada. Y repecto a la gente incivilizada, pues que quieres que te diga: el 5% de la población es totalmente gilipollas, eso hace que un vecino de tu bloque o que unos tropecientosmil conciudadanos sean bobos. Peeeero, también te digo que el la mayoría de las botellas que la gente tira en los avituallamientos lo hace por mala educación. Yo jamás tiro ninguna, la llevo en la mano hasta que kilómetro más o menos más arriba, encuentras una papelera o contenedor. Eso sí, hay que perder ¡¡¡tres segundos!!! en desviarse de la trayectoria. Pero mira, yo es que no opto a ganar la carrera. Un saludo.

    • Buenas, Iñaki,

      El tema de las botellas es peliagudo, entiendo que muchas acaben en el suelo con las prisas pero la escena posterior a la carrera puede ser mucho más limpia si todos ponemos de nuestra parte: más papeleras y más uso de ellas. Comprendo a la gente que va a por marca y no pueden estarse de ir perdiendo tiempo en cada control por este motivo, por eso la organización tiene que facilitar todos los medios posibles para una limpieza lo más rapida posible en sitios de limitados del circuito. A partir de ahí si alguien quiere llevarse su botella o trae su propio avituallamiento a cuesta debe hacerse responsable de donde acabe depositado. Ya ni te cuento la de geles que veo últimamente tirados por el campo… Lamentable.

      Para que nos respeten debemos dar ejemplo ya no solo entre nosotros sino con el resto de gente.

      Salud.

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