Running para hipsters (debut)

Running para Hipsters

Fiel a su cita de  finales de mayo aterriza una nueva edición del Primavera Sound, el festival que realmente da la bienvenida a una nueva temporada de música en directo para las masas. Porque sí, el indie es la nueva Cursa dels Bombers aunque sus protagonistas quieran venderlo como un meeting atlético en un confín de la tundra siberiana. La novedad es que muchos de los que van a acudir a dejarse ver, perder la conciencia y, si sobra algo de tiempo, tararear mal alguna canción memorizada a toda leche durante la última semana, han añadido a lo largo del presente año una nueva afición con la que perder el tiempo: salir a correr por las calles.

Antes de que las bambas fosfys invadan esos cementerios cimentados por mentes cuadriculadas que sirven de base operativa de los festivales musicales (¿cuánto te apuestas a que alguno se presentará con un par de barefoot? eso es muy Woodstock) vamos a intentar resolver a lo largo de la semana algunas de las lógicas dudas que surgen cuando se intentan combinar dos aficiones tan aparentemente antagónicas como son el running y… bueno, el desmadre nocturno con coartada intelectual. Una serie de razones para que los indecisos acaben sucumbiendo a la nueva moda y un puñado de consejos para los que ya no tienen vuelta atrás y no quieren perder su estado de forma por cuatro días chungos de indecencia colectiva.

CAPÍTULO 1

¿Se folla?

Para que entretenernos con los preliminares, vamos al meollo de la cuestión. Te contesto rápido para que puedas dejar de leer y dedicarte a otros menesteres más importantes como… no sé, abrir una ruinosa tienda de cupcakes a costa de la salud económica y mental de tus progenitores y la estomacal de tus ausentes clientes o entrenar delante del espejo una pose avinagrada mientras decides que camiseta de grupo musical contiene la suficiente información irónica para que te tomen por alguien respetable en algún chascarrillo entre conciertos: en las carreras populares se folla igual que en los festivales que sueles pisar, entre regular y mal.

Si aceptamos que la música es solo el hilo conductor que debe llevarte a un ruinoso polvo (el efecto canica de las drogas bastante tiene que ver con ello) en el mundo del running esa conversación pre introductoria versa sobre tus sensaciones pos carrera. Y es que la principal diferencia entre el running y el festivaleo musical es que se liga después (hay que aprovechar la euforia), no antes y, ni mucho menos, durante: por muchas ganas que tengas de tirar la caña mediada una prueba atlética, ellos y ellas están por otros menesteres, mucho más importantes, que dejarse dorar la píldora: sentirse veloces y que un crono registre oficialmente esa sensación que luego será disparada indiscriminadamente en todas las redes sociales.

En cambio, en un festival el inicio del cortejo comienza durante ESE concierto, y el climax durante ESA canción que debería convertirse en algo parecido a la banda sonora de tu vida (si la llegas a recordar luego; el efecto alzheimer del alcohol algo tiene que ver con ello). ESA canción que seguramente se convertirá en un martirizante disco rallado al que acudirás de forma enfermiza si te dejan en la estacada sentimental (por mucho que rasques tu ex no se esconde tras esa partitura) o que bloquearás de todas tus listas de spotify para no sentirte la peor persona del mundo por habérselos puesto a lo largo y ancho del campamento de verano que es un festival musical.

En el running eso no sucede, no veo a nadie dispuesto a sacrificar un subloquesea en un circuito ideal por el simple hecho de que allí los dos os conocisteis. Primero hacer marca y luego, si acaso, a dejar marca.

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¿Se puede ser groupie de un/a corredor/a profesional?

Se puede, pero por norma general los corredores están más enamorados de sus marcas y lo que existencialmente representa salir a correr (representa algo tan básico como… salir a correr… vale, y sentirse bien con uno mismo; lo dejamos ahí que el debate es eterno) que de esculpir un cuerpo apetecible dentro de los cánones establecidos. Y es que, por lo general y salvo muy deseables excepciones, los corredores de élite de largas distancias suelen ser bastante feos, la exigencia física así obliga: delgaduchos en extremo o con cuerpos totalmente descompensados entre lo que es el tronco superior e inferior, además de un rostro que se avejenta con la misma rapidez que una actriz pasa de sobria madurez a mal llevada vejez a base de botox.

De todas formas, eso no debería ser problema, la de cantantes feos que han triunfado a base de clichés consumados y una sibilina, estudiada y algo forzada relación entre su mundo y el que se expresa en sus canciones. El éxito da siempre un plus de atractivo y elegancia a quien no la tiene.

A favor de l@s atletas de élite

– Mucho más limpios antes y después (durante vale todo, hasta para salir en un anuncio de Skip) que los músicos. Suelen tener estudios superiores (el running aún no da de comer a todo el mundo). La relación es mucho más directa y sociable (hasta cierto punto: a la foto tuiteable, no a los mensajes directos). Su estado físico les permite darlo todo en el catre, a excepción de los momentos posteriores a una competición: por mucha adrenalina que invada el cuerpo el esfuerzo hace mella.

En contra

– Monotemáticos, sus estudios suelen estar relacionados con el deporte, así que se acaba convirtiendo en una obsesión. Una actitud vital tan positivista que roza el new age (cosas de los contratos publicitarios) y que se te puede atragantar si eres más de tomárselo todo a broma. Excesivamente dramáticos si las cosas salen mal en la pista y al borde de una llorera perenne si salen bien.  Ah! Y velan por la  selección natural: su pareja ideal debe tener unas constantes físicas semejantes o superiores a las suyas, o sea, que toca entrenar como si no hubiera un mañana para tener alguna oportunidad de echar un polvo. Y ojo a sus selecciones musicales, pueden conseguir que te aparezcan alergias en partes del cuerpo de las que no tenías constancia, los corredores comparten gustos musicales semejantes al 90% de los futbolistas que arruinan su prestigio al darse de alta en twitter.

2º CAPÍTULO: ENTRENA SIN DEJAR DE SER MODERNO


 

Guía de ligoteo para corredores en celo

14 comentarios en “Running para hipsters (debut)

  1. Pingback: Bitacoras.com

  2. ¡Qué bueno!
    Ese párrafo donde describes la tienda de cupcakes me ha recordado a la típica peluquería barcelonesa cerca del Raval de los 80 que dibujaría Eduardo Mendoza en uno de sus libros. Pero con cupcakes, que como es de todos conocido es una cosa mucho más «trendy», o mejor dicho, más «cuqui».
    Por lo que veo estar «fuera de la circulación» en aspectos amorosos te ahorra muchas disquisiciones filosóficas en mitad de una carrera. Y menos mal, bastante tengo con que no se me afloje un cordón, chocar manitas y domesticar a la fosfy… Como para ligar..
    Risas, un lunes por la mañana… son de agradecer
    Un saludo

    • Pues ahoras cambias peluquerías (eso es más de pakis) por salas de tattos y viene a ser el mismo Raval pero en el Siglo XXI.

      PD: hay un guiño fosfy en el texto 😉

      Un saludo.

  3. Ja , ja , muy divertido, que gran verdad lo de desparrame con coartada intelectual; al final lo tíos todos somos iguales, siempre pensando en el punto 1.

    • En un festival encontrarás grupos que jamás pagarías para verlos en una sala, por ese lado es de lo más positivo. Pero, claro, un buen concierto en una sala con gente que realmente le gusta ese grupo es mil veces mejor que ver a tu artista preferido a 500 m y con todo el mundo dando la brasa con el móvil y conversaciones alrededor dignas de parvulario. Un festival es para lo que es: un campamento de verano dónde sí te dejan tomar alcohol y de paso te entran ganas de escuchar algo de nueva música.

      Salud

  4. ¿Se puede ser groupie de…?
    Sólo escribiré dos palabras seguidas de otras nombrando un pueblo. Seguid la pista y lo que descubriréis allí…bffff!!!…hay que verlo para creerlo.
    Menos rollo, aquí están: BAR GUSI. Ribes de Freser.
    Ah, espera…que tienen hasta web…http://www.bargusi.com
    En serio, aprovechad una subidita a Núria, al Balandrau, al Puigmal, etc…para visitar este santuario… 😉

    • Ahora que lo pienso, los corredores somos groupies de ciertas carreras muy especiales. Ellas puedan hacer con mi cuerpo lo que quieran (casi siempre destrozarlo). Tomo nota de tu recomendación.

      Salud.

  5. Pingback: Ronhill Advance – Chaqueta de running para hombre, tamaño M, color negro | Ropa De Running

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