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– «Oye cariño, olvídate de eso de  apuntarnos a Bombers, que ya se han agotado las plazas», comenta decepcionado él.

– «Pues yo me  estoy inscribiendo perfectamente y con el niño no ha habido problemas», indica ella incrédula.

– «Que no, que no, que incluso fulano tampoco ha podido, hemos llegado tarde», refunfuñó él.

La respuesta de ella no se hizo esperar: «No me toques la moral, te estoy diciendo que me acabo de apuntar y tengo el resguardo de la inscripción, cenutrio. Te quedaste anclado en la época del Spectrum«.

*Este post está creado única y exclusivamente porque soy incapaz de la contención ligüística…

La historia continuó (por suerte no acabó en divorcio) con él corriendo a una tercera tienda esperanzado aún con conseguir apuntarse (en las dos anteriores había fracasado en su cometido), pero tampoco hubo suerte hasta que le ofrecieron un precioso modelo de bambas a un modélico precio con un ‘regalo’ extra: una inscripción que le permitiría participar en su querida carrera (inciso: es de lo más habitual que en todas aquellas pruebas controladas por marcas deportivas reserven un número limitado de inscripciones a aquellos que compren alguno de sus productos). Al final, correr Bombers le salió por el precio de un asiento VIP en un concierto de su artista favorito: Bruce Springsteen tendrá que esperar una mejor ocasión.

Este es un ejemplo de como se puede volver en contra una política que se ha vendido como igualitaria pero que al más mínimo síntoma de flaqueza se le ve las costuras del negocio. Pero antes comienzo por el principio:

1) Nike puede invitar a su fiesta a quien quiera, por supuesto. Es una prueba privada.

2) Eso no quita que se pueda criticar libremente su postura.

3) El corredor no es el amo de una carrera, pero sin él no existiría.

4) Creo (y esto es una opinión muy personal) que tiene el mismo derecho a participar en una carrera el que lleva años metido en el mundillo como el que comienza a hacer sus pinitos.

Y ahora que hemos dejado las cosas claras vamos a meternos en faena.

Ya hubo una tímida tentativa el año pasado (y pudieron así alardear de alcanzar el 30% de féminas), y este año la marca deportiva que hace y deshace la Cursa dels Bombers dio un paso más e introdujo varios cupos de inscripciones «para incentivar el deporte entre mujeres y jovenes».

El resultado: las plazas dispensadas para los hombres mayores de 26 años agotadas el mismo día, un cabreo generalizado por parte de los ‘discriminados’ que provocó apoyo popular por parte de algunos ‘favorecidos’, discusiones e improperios en el Facebook de la casa comercial (oye, la vida no se acaba en Bombers, hay cientos de carreras más como para tener que llegar al insulto), críticas cruzadas entre corredores («haberte apuntado a tiempo»), intentos infructuosos desde la organización de explicar razonadamente los motivos de ésta decisión, y rectificación de última hora abriendo las plazas que quedaban a todos los corredores sin distinción de sexo ni edad.

Por cierto, una mención especial para el pobre community manager que se ganó el pan estos días tirando de estoicismo para aguantar el chaparrón en que le había metido alguno de los de arriba. A partir de ahora ya se que esa labor, la de communitymanagear es algo más que poner dos signos de exclamación tras finalizar cada oración: también se encargan de informar y hacer de cortafuegos.

Ya lo adelanto: en términos de sociedad y convivencia creo en la discriminación positiva, sin ella el camino a la igualad es más largo y tortuoso. Pero dudo mucho que éste sea un caso pragmático de ello, y que se consiga limitando las plazas ya que todos tenemos el ‘me apunto’ a golpe de clic de mouse. Muy poca discriminación de género o edad veo en ello (si acaso económica). Si realmente se quiere «incentivar el deporte entre mujeres y jóvenes» (sobre todo es este último colectivo) no hay nada más efectivo que rebajar el precio de las inscripciones para ellos. Ahí lo dejo para ver si a alguien le da por recoger el testigo.

Y sí, estaremos de acuerdo que nuestro impulso por comprar Channel nº5 es mayor si lo anuncia Nicole Kidman o Brad Pitt que si lo hace Falete. Y que el foco de la atención comercial por arte de las marcas deportivas está encarado al sector femenino. Los tíos mayorcetes ya están amortizados, compran cualquier cosa vinculada al running sin necesidad de que les busquen (más que nada porque ya lo hicieron en su momento). En cambio, el espectacular auge de la mujer corredora (esto sí que es una de las noticias deportivas más felices que se han dado en los últimos años) es una mina aún por explotar… y ya se han puesto en ello (sólo hay que ver quien protagoniza hoy en día sus anuncios). No hay nada como gente guapa y sana para que l@s menos agraciad@s acabemos picando. Tampoco hay nada como diferenciar los colores de ambos sexos para dar una sensación de competición motivadora. Son cosas del marketing y admito que las marcas deportiva están aquí para hacer negocio, están en su derecho. Pero, por favor, no lo intentes enmascarar con una patina de virtudes sociales y, sobre todo, mira de ser claro desde un principio con tu estrategia.

Aunque realmente nada de lo contado cuela: la causa del escozor generalizado,lo que pica de verdad, es que te llamen abuelete por pasar la barrera de los 25… Ya me veo postrado en una valla contemplando a la gente dando zancadas y soltando un «en mis tiempos…», ahora que la burbuja del ladrillo ha conseguido que los jubilados no tengamos edificio por construir al que acercarnos.

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A examen: Cursa dels Bombers 2013

Consejos exprés para la Cursa dels Bombers