Ya rozando ese momento en el que hay que buscar la sombra (o la luna) para que podamos salir a disfrutar martirizándonos con el «no llego, ¡ay! que no llego» típico de carrera/entrenamiento sufrido, se sitúa la Cursa de Can Mercader, quizá la última gran oportunidad de la temporada (previo al parón veraniego) para aquellos corredores que quieren buscar un marco idóneo donde rebajar sus tiempos de carrera mientras se disfruta de una prueba que mantiene intacto su espíritu de barrio.
– Lugar: Cornellà de Llobregat.
– Participación: 700 personas (inscripciones agotadas).
– Precio: 12 euros.
– Tipo: Asfalto.
– Distancia: Carrera larga de 10 km y corta de 5km.
– Servicios: Duchas, avituallamientos líquidos (y sólido al final de carrera).
– Circuito: 2 vueltas a un circuito de 5 km totalmente llano, ideal para hacer marca.
Cosas que está bien/ muy bien/ requetebien
– Organización: Una carrera pequeña pero modélica. Trato cercano y ambiente vecinal de lujo. Se nota que detrás hay un trabajo de dinamización previo de varios meses que demuestra el mimo con el que se cuida una cursa que es una referencia muy valorada para aquellos que acumulan más km en las piernas que en el cuentakilómetros de su coche. En una época en que nacen como hongos organizadoras profesionales de pruebas atléticas populares (esas que alardean de mucho sponsor pero que en temas de organización y trato al corredor dejan bastante que desear), una prueba como Can Mercader es un pequeño oasis que siempre hay que reivindicar.
– Obsequio: Un estuche donde guardar las zapatillas ha sido el regalo que la organización tenía preparado esta edición para sus corredores. Una forma de salirse de la inercia de ofrecer una camiseta porque sí, porque parece que haya una ley no escrita que dictamina que sin ella eres una carrera de categoría inferior (y porque todos sabemos que más de una avispada marca hace su agosto con eso). Útil, original y considerado. Ahora, esperemos que no se ponga de moda y que el resto de pruebas se pongan a copiarlo y nos toque almacenar docenas de estuches en ese armario en erupción que comienza a escupir con furia fibras textiles.
– Servicio de liebres: Todo un lujo para una carrera limitada a 700 personas. Y encima no se encargan de ello cuatro gatos insensibles a las incidencias de la prueba, sino la gente de corredors.cat, que puedo dar fe que saben como poner un ritmo y regularlo para llegar lo más fresco posible a meta.
– Cursas infantiles: Lo he reivindicado más de una vez (la última hace tan sólo siete días), pero no me canso de decirlo: poner a correr a los churumbeles es una gran forma de animarlos a adentrarse en el mundo del running, y hace de carambola para que los padres sedentarios se animen a probar eso que últimamente hacen esos loco sueltos (ojo, que ya somos tantos que va a parecer que el colgado es el que se queda repantigado en el sofá de casa).
– Bocata: Pues eso. Un bocadillo que se come gustoso después de haberlo dado todo en carrera siempre es un gran detalle.
Cosas a mejorar
– Un marcador en meta: Ya que es un circuito ideal para rebajar marca, tener una referencia visual del crono en la recta de meta (que también hace de paso del km 5) sería lo suyo.
– Una bolsa para llevar todo los obsequios y alimentos pos carrera. Ya sea de plástico, reciclable… lo que sea. Todo lo escasa que tiene en un principio la bolsa del corredor (un caldo, una chocolatina y el estuche), se compensa con un servicio tras la prueba realmente completo (agua, bebida isotónica, fruta, zumo, donut y bocadillo). Nada, una minucia fácilmente solucionable.
– Y ya poniéndome quisquilloso (como se nota que no hay nada realmente criticable), estaría ya fenomenal que la cursa acabase allí donde le da nombre: el maravilloso parque de Can Mercader. Supongo que el tema de tráfico lo impide y quizá ralentizaría un circuito tan rápido como éste, pero el marco sería incomparable (y un magnífico centro de operaciones para la carrera).
Preguntas populares / Respuestas impopulares
Soy un principiante ¿es una carrera apta para mi?
Ideal. Aunque es a doble vuelta nunca se hace pesada. Sirve tanto para probarse a tope como para tomársela con calma y disfrutar trotando por al lado del Estadi del RCD Espanyol, el paseo del barrio Riera (joder, como ha cambiado desde que era un crío y perdía el tiempo entre campana y campana pegando patadas a las latas) y la nueva Almeda, esa que hoy está coronada con un famoso centro comercial (quien lo diría hace unos años).
¿Puedo hacer marca?
Por supuesto. Es más, yo diría que está en el Top 3 de carreras del área de Barcelona donde tienes más posibilidades de salir con éxito de cualquier reto que signifique bajar tiempo. Recorrido plano no, lo siguiente, horario tempranero para que no pique el sol y servicio de liebres para tener una referencia en carrera con el que llevar un ritmo adecuado a nuestras exigencias. Vamos, perfecta.
Si es a doble vuelta podría hacer la jugarreta de saltarme el segundo giro…
Claro, di que sí. Hacer trampas está a la orden del día, al fin y al cabo casi siempre se sale airoso y premiado (Bankia te saluda). Puedes engañar a todo el mundo, pero nunca podrás engañarte a ti mismo, piensa en ello. Pero si quieres tomar la vía rápida yo te recomiendo ya que pilles los FF CC y hagas un par de viajes de ida y vuelta Almeda-Riera… es la mejor forma de emular esa tradición neoyorquina de correr su maratón subido al metro.
RELACIÓN CALIDAD/PRECIO: 7,5
MI NOTA*: 8
*Por supuesto, subjetiva a más no poder.
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A examen: Punk Trail Fonollosa
Running para economía de guerrillas
Consejos suicidas para novatos de la Marató (Parte 1, Parte 2 y Parte 3 )
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Además, ya sabes lo que dicen, una cursa que no regala Caldo Aneto, no está bien organizada… y esta lo ha regalado 🙂
Hasta las gratuitas consiguen que ese caldo se pase por la carrera. Una buena forma de fidelizar y relacionar marca y running, a mi parecer. Salud.